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El Prado descubre la bóveda de Luca Giordano

El Casón del Buen Retiro será inaugurado como Centro de Estudios del museo

El pintor italiano Luca Giordano (1634-1705) pintó la bóveda del Casón del Buen Retiro durante el reinado de Carlos II, el último representante de la Casa de Austria. Recrea la Alegoría del Toisón de Oro, una visión apoteósica de la historia de la monarquía española. Giordano la pintó para sustituir al antiguo salón de Reinos que formaba Parte del Palacio del Retiro. Después de siete años de trabajos de restauración se muestra desde hoy al público junto a 56 importantes pinturas procedentes de los fondos del Prado que no habían sido expuestas de manera conjunta al público.

La exposición se podrá visitar desde mañana jueves hasta el 4 de mayo. La entrada es gratuita y las puertas permanecerán abiertas de miércoles a domingo entre las 12 y las 20 horas. Cuando la exposición concluya, el edificio será utilizado como Centro de Estudios del Museo.

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Miguel Zugaza, director del museo, ha explicado hoy que la exposición es el plato fuerte de unas jornadas de puertas abiertas destinadas a dar a conocer los trabajos realizados en el Casón. "Es el último capítulo de una larga investigación que comenzó en 2001 dirigida por el historiador y conservador Andrés Úbeda. Ese trabajo se ha centrado por una parte en la propia historia de la bóveda y su significado y, por otra, se ha analizado el uso del fresco que hacia Luca Giordano".

Un recorrido por el trabajo de Giordano

El resultado de esta investigación se puede seguir a través de las 75 piezas (dibujos, planos, acuarelas, óleos, estampas) ilustrativas del trabajo realizado en el Casón. Contemplando esas piezas, se puede conocer la historia, significado, técnicas de trabajo usadas por el artista y los sucesivos trabajos de restauración ejecutados en la bóveda. Se incluyen también estudios de otras importantes murales realizados por Giordano en España: escaleras y bóvedas de la basílica de El Escorial; el despacho y dormitorio del rey en el palacio de Aranjuez, la sacristía de la catedral de Toledo, la Real capilla de El Alcázar y San Antonio de los Portugueses.

De las 56 pinturas y de la importancia de Giordano como pintor, habló el conservador de pintura italiana del museo, Gabriela Finaldi. "Fue un virtuoso en un siglo de virtuosos. Era capaz de pintar de memoria, como hizo con el retrato de Carlos II; imitaba como nadie el estilo de cualquier artista y todo ello lo hacía a más velocidad que ningún otro. De hecho, se le conocía como Luca fa presto, algo así como Luca el rápido, el que trabaja sin juicio y con prisas". ¿Esto era bueno o malo?. Finaldi expica que en esos años, hacerlo bien, a la manera de y pronto, era lo más valorado. "Pero no sólo se inspiraba en el estilo de otros creadores, era un artista de un talento único".

El tambien historiador Andrés Úbeda, autor del catálogo razonado de Giordano, ha hablado de las 80 obras que conforman la colección que el Prado posee de este artista. "Su obra es soberbia y singular. En vida se le admiró por imitar de manera impecable a los otros y por hacerlo de manera veloz. Nosotros podemos ver en su obra un completo laboratorio artístico. Eliminar esos prejuicios es uno de los objetivos de este proyecto. Era un artista extraordinariamente inteligente que se labró su fama a pulso".

Además de la bóveda del Casón, la pieza fundamental de la exposición el el óleo titulado Rubens pintando la alegoría de la paz, que está situado en el mismo lugar que lo estuvo el mural Guernica de Picasso cuando llegó a Madrid procedente del MOMA de Nyeva York.

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