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Dionisio Ridruejo, reivindicado como ejemplo de ética y esperanza

Homenaje popular al escritor en su pueblo natal, Burgo de Osma

La memoria de Dionisio Ridruejo, como un ejemplo de honestidad, de ética y de esperanza en sus principales actividades -como ser humano, como político y escritor-, fue reivindicada intensa y extensamente durante los dos días, sábado y domingo pasados, que duró el homenaje que se le tributó en su pueblo natal soriano de Burgo de Osma. Además de varios familiares, encabezados por la viuda de Ridruejo, Gloria de Ros, participaron activamente en el homenaje amigos del escritor, parlamentarios y políticos en activo, intelectuales, académicos, cantantes, representantes de varias instituciones oficiales y privadas y, un buen número de habitantes de Burgo y otras personas llegadas para este homenaje desde diversas partes de la geografía española.

Todos los que intervinieron públicamente en el homenaje insistieron en la necesidad de seguir, en la España de hoy, el ejemplo de Ridruejo. Entre estas personas -políticos, escritores, familiares y amigos del escritor- se encontraban Fermín Solana, Luis García San Miguel, Gonzalo Torrente Ballester, Pedro Laín Entralgo, Martín Navas, Fernando Sánchez Dragó, Eugenlo Nasarre, Alberto Crespo, Ramón Serrano Súñer, Antonio de Ros, Luis Rosales, Juan Ignacio Sáenz Díez, Manuel Núñez Encabo, Manuel López Cachero, Rafael de Penagos, Ignacio Sotelo, Antón Menchaca, Eduardo Moreno, Víctor Núñez, Rafael León y el ministro de Hacienda, Antonio García Añoveros, que clausuró el homenaje.Presentes también en la conmemoración de Ridruejo estuvieron, entre otros, el ex ministro Francisco Fernández Ordóñez, el diputado Gabriel Cisneros, el director de orquesta Odón Alonso y el profesor José Luis Abellán. Entre los que se adhirieron por medio de telegramas, se encontraban, entre otros, Iñigo Cavero, ministro de Cultura; Albert Manet, Pablo Serrano, José Ortega Spottorno, presidente de la sociedad editora del diario EL PAIS; Joaquín Ruiz Jiménez, Carmen Diez de Rivera, José Verges, Justino de Azcárate, José María Díez Alegría, Jesús Aguirre, duque de Alba; Eduardo García de Enterría y Miquel Roca Junyent.

"Optimista y deprimido"

Como lo fuera en vida, Dionisio Ridruejo, «cristiano natural, optimista y deprimido», como él se autocalificó en una ocasión, era rechazado todavía por sectores integristas, esta vez « por ser un hombre público». El obispo de Burgo de Osma, a quien el alcalde de esta localidad agradeció su colaboración con el homenaje, «todo lo que nos ha dado son facilidades», dijo el alcalde, «y hasta nos ha ofrecido la catedral para el funeral», prefirió anunciar dos días antes a los organizadores del homenaje que justamente este domingo tenía que inaugurar una iglesia en un pueblo de la provincia. Al señor obispo tampoco le gustó, según trascendió en medios municipales, que entre los organismos patrocinadores del funeral figurara la Fundación Pablo Iglesias.

Sin embargo, el principal organizador y patrocinador de este homenaje ha sido el Ayuntamiento de Burgo de Osma. cuyo alcalde (de UCD) presidió algunos de estos actos, entre otros el descubrimiento de una placa conmemorativa en la casa donde nació Dionisio Ridruejo y el de la nueva calle de esta localidad dedicada al escritor y político. Junto al Avuntamiento, han organizado y patrocinado los actos el Centro de Estudios Dionisio Ridruejo, la Diputación Provincial de Soria (cuyo presidente intervino públicamente), el Ministerio de Cultura , el Consejo General de Castilla y León, la Asociación de Amigos de Calatañazor, la Casa de Soria en Madrid, la Universidad Internacional Menéndez Y Pelavo. el CIT de Burgo de Osma y la citada Fundación Pablo Iglesias.

Aspectos políticos y humanos

En el acto de apertura del homenaje, el sábado, en el edificio de la antigua Universidad de Santa Catalina, el sociólogo Luis García San Miguel y el escritor Gonzalo Torrente Ballester, ambos amigos de Ridruejo, el primero, de la segunda generación, y el segundo, de la primera, pusieron al descubierto los aspectos más profundos de la vida de Ridruejo como político, como hombre y como literato.

El profesor Luis García San Miguel, tras calificar a Dionisio Ridruejo como un hombre de bien y como uno de los pocos autores cuya biografía resiste la comparación con su obra, se adentró en la biografía de Ridruejo «a fin de entender sus ideas y sus actitudes políticas», y distinguió tres etapas en su vida: una, de franquismo auténtico o hipotético; otra, de escepticismo político y paz interior, y otra tercera, de oposición democrática.

En la primera etapa, que va de 1934 a 1942, Rldruejo todavía está de acuerdo con los principios de la Falange, pero está descontento con el régimen, lo que le lleva a abandonar ese partido. A partir de entonces, y hasta 1956, atraviesa una etapa de escepticismo, a la que le acompaña una gran paz interior. Es la época de los exilios y confinamientos en Ronda, Barcelona y Roma. Durante este período expone a Franco, por lo menos en dos ocasiones, un plan de evolución hacia la democracia. Pero Ridruejo se da cuenta de que el cambio sólo se puede hacer desde la oposición y así, a partir de 1955, comíenza su lucha directa por la consecución de la normalidad democrática.

Para el profesor García San Miguel, Ridruejo, «que era extremadamente moderado y un reformista». nos ha dejado las lecciones, que hoy son todavía válidas, de autenticidad, de la posibilidad de formar una sociedad autogestionada. de defensa sustancial de la democracia.

Valores literarios

Los aspectos personales y literarios de Dionislo Ridruejo fueron recordados por Gonzalo Torrente Ballester, amigo personal de Ridruejo, de los de la primera generación, y miembro del grupo de escritores que mpulsaron la revista Escorial hasta 1942, en que Dionisio dejó de dirigirla. En este grupo estaban además Pedro Laín y Luis Rosales, presentes en el homenaje de Burqo. y los escritores ya desaparecidos Antonio Marichalar, Luis Felipe Vivanco y Leopoldo Panero.

«Pocas personas han tenido la clarividencia de Dionisio», dijo Torrente Ballester. «y pocos han tenido un sentido tan estricto de la realidad. Su figura debía haber sido esculpida en madera vieja porque en los últimos años su rostro presentaba ciertas surpeficies de olivos añosos trabajados por el esfuerzo de la inteligencia. Su fascinación derivaba de la mirada, de la simpatía de su rostro de las calidades extraordinarias de voz y del lenguaje de sus manos». En cuanto a su condición de escritor, Gonzalo Torrente Ballester profundizó en el significado que tuvo el esfuerzo de Ridruejo para superar culturalmente el trauma de la guerra civil.

La misma tarde del sábado se presentó el libro de Eduardo Moreno España, inquietud y esperanza, que ya había sido presentado en Madrid al principio de verano. En este acto intervinieron, además del autor, Manuel Núñez Encabo, Juan Ignacio Sáenz Díez, Ricardo Rodríguez Castañón y Fermín Solana.

El domingo por la mañana, tras una misa solemne en la catedral en memoria de Dionisio Ridruejo, se descubrió una placa en la casa natal del escritor y se inauguró una calle con su nombre. En este acto pronunció un discurso el académico Pedro Laín Entralgo, en el que puso a Dionisio Ridruejo como ejemplo de tres actos de voluntad: una voluntad de decencia, otra de inteligencia y otra de generosidad. «Este ejemplo», dijo Laín, «es fundamental en una España que no alcanza en estos momentos el nivel ético que todos deseamos».

Una comida de homenaje a Ridruejo y un largo festival cultural que duró más de tres horas pusieron fin a estas jornadas dedicadas al escritor.

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