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'Rap' para un público adulto

Common encabeza el cartel del festival madrileño de 'hip-hop' Cultura Urbana

Xavi Sancho

Hay una regla casi universal que dice que jamás lograrás que un rapero estadounidense atienda sus deberes promocionales en hora. La regla se vuelve casi un axioma si la comunicación debe realizarse por teléfono. Al número le faltarán cifras, nadie contestará o, si hay respuesta, será para pedirte, sin favor, que no molestes. Pero Common (Chicago, 1972), -que actúa mañana en Madrid en el marco del festival Cultura Urbana como cabeza de un cartel con Tote King o Dizzee Rascal- encaja bien poco en ninguno de los estereotipos asociados con las diferentes morfologías raperas.

"Si quieres, te insulto y cuelgo el teléfono. ¿Crees que vendría más gente a verme si lo hiciera?", bromea el creador de Be y Finding forever, los discos patrocinados por Kanye West, que le reservaron mesa en la gala de los Grammy a este vegetariano escritor de libros infantiles de autoestima. Antes, el artista, cuyo nombre real es Lonnie Rashid Lynn, Jr., había editado perlas del underground como Resurrection y fallidos arrebatos megalómanos como el indigesto Circus, una empanada estilística que le colocó al borde de la esquizofrenia. Más allá de experimentos fallidos y joyas secretas, Common ha mantenido un estilo basado en los sonidos orgánicos, la reverencia a la música negra de los sesenta y setenta y la constante búsqueda de la rima perfecta. Para su más reciente trabajo, Universal mind control, el de Chicago tomó una nueva y acertada decisión: despegarse de Kanye West y recuperar a The Neptunes. Logra así evitar caer en las manos de Louis Vuitton y el Autotune, los dos jinetes del Apocalipsis del rap contemporáneo. "No quería hacer otro disco de pop, como parece que toca ahora hacer si quieres ser un rapero de éxito. Kanye sigue siendo un amigo y un muy buen colaborador, pero necesitaba ojos frescos, alguien que me diera una visión distinta de mi música y, sobre todo, por qué no decirlo, necesitaba demostrarle a toda la gente que me descubrió a través de los discos que hice con Kanye que él no era mi ventrílocuo, ¿me entiendes?".

"Tengo casi 40 años; ya no debo comportarme como un payaso"
"En EE UU esta música se ha mantenido como algo lúdico y vacuo"

Su madre fue una famosa jugadora de baloncesto, y sólo una lesión en su adolescencia le apartó de seguir los pasos de su progenitora. Estudió administración de empresas en Luisiana y Florida, carrera que abandonó el día en que se publicó un artículo en la revista The Source, tal vez la Biblia del hip-hop, en el que se le saludaba como el mejor rapero sin contrato discográfico del país.

Casi dos décadas después, factura más de 10 millones de dólares al año, posee contratos con Microsoft, Gap o Diesel (es una de las caras de la campaña del nuevo perfume de la casa italiana), y sus papeles en Ases calientes, American gangster o la próxima Terminator salvation parecen indicar que su carrera cinematográfica es algo con lo que sus contables van a disfrutar. "Me gusta mucho actuar. Te diría incluso que en estos momentos me apetece incluso más que saltar al escenario. Creo que actuar es una maravillosa forma de expresión y algo con lo que me siento cada vez más a gusto. Eso sí, cuando llegas a un plató y te dan una pistola, todos asumen al instante que, siendo negro y rapero, sabrás qué hacer con ella. No sé si eso está demasiado bien", comenta el único artista de hip-hop que admite preferir actuar en Europa que en su país natal, pues -a pesar de la barrera idiomática- Common cree que se le entiende mejor. "Es un tema de madurez. En Europa, la mayoría de la gente que viene a verme se parece más a mí que en Estados Unidos. En mi país, el rap se ha mantenido como una cosa excesivamente lúdica y estéticamente vacua. Creo que es necesario que el hip-hop alcance la madurez, que tipos como yo, que casi tengo 40 años, actuemos como gente de nuestra edad y hablemos de cosas que preocupan a la gente de nuestra edad. Se está alienando al público adulto, y eso es culpa de los raperos que, a pesar de ya estar mayorcitos, siguen actuando como payasos", declara el autor de Circus, el hombre que flirteó con la violencia, pero jamás fue un gánster; se acercó a la moda, pero nunca fue una fashion victim; ganó dinero, pero no pareció un millonario; alimentó su ego, pero no llenó sus discos de espejos.

Incluso salió en el vídeo del Yes we can, pero pocos le recuerdan. "No se me ve demasiado, ¿no? El otro día se lo dije a la recepcionista de mi oficina de representación, pues vi que tenía un póster de Obama, y no se lo creía. ¡Y es del equipo que se supone lleva mi carrera! La hubiera despedido, pero no quiero darle malas estadísticas de empleo a Obama. Gracias a él tenemos esperanzas y, bueno, ser negro y de Chicago jamás había sido tan cool".

El músico estadounidense Common, durante una actuación en Atlanta (Estados Unidos).
El músico estadounidense Common, durante una actuación en Atlanta (Estados Unidos).AFP
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Xavi Sancho
Forma parte del equipo de El País Semanal. Antes fue redactor jefe de Icon. Cursó Ciencias de la Información en la Universitat Autónoma de Barcelona.

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