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Kirmen Uribe: "El medio audiovisual está muy presente en la novela"

Respuesta íntegra del autor de 'Bilbao-Nueva York-Bilbao' a las preguntas EL PAÍS

1. A mí lo que me interesa es lo que queda de lo experimental. Cómo esas insurgencias hacen que el género vaya cambiando poco a poco, cómo asimila la tradición los cambios consustanciales a cada época. Un escritor debe buscar su propio estilo, su mirada es la que tiene que prevalecer sobre cualquier ejercicio de estilo. Me interesa muchísimo más la manera que asimila las vanguardias García Lorca que el surrealismo de André Bretón. Bretón es muy frío. Lorca no. Lorca emociona con su Poeta en Nueva York. Yo cuando escribo pienso más en Lorca que en Bretón. En cómo llegar a ese equilibrio entre innovación y tradición. En escribir también algo que reconozca el lector. Es curioso, pero los lectores de Bilbao-New York-Bilbao no se detienen a pensar en la ingeniería del texto, sobre si es fragmentario o no. Lo leen de manera natural, sobre todo los más jóvenes y se quedan con lo que les transmite el libro. Cuando uno mira el Guernica no piensa en el cubismo, piensa en la atrocidad de la guerra.

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2. Las nuevas tecnologías tienen una gran influencia en mi obra. La estructura en red, la utilización de la primera persona, que los subcapítulos tengan la longitud de una pantalla de ordenador, que sean autónomos... Incluso reproduzco las nuevas tecnologías de manera explícita: reproducción de correos electrónicos, entradas de Wikipedia, búsquedas de Google...

3. De todas maneras, creo que los cambios en la narrativa no solo vendrán por la influencia de las nuevas tecnologías. Aunque esta sea muy importante. Lo definitivo es lo que percibe el escritor en la sociedad. Es imprescindible, aunque parezca una obviedad, que el escritor lea lo que se escribe también por ahí, salir de la propia tradición, leer ficción, pero también teoría. Incluso lo que se está haciendo en otras disciplinas como el arte. Todo eso y la intuición del escritor son lo que acarrean cambios en la narrativa. Y escribir lo que no se ha hecho, lo que a uno le apetece. Italo Calvino escribió El barón rampante en una época en la que no se hacía literatura fantástica, cuando estaba de moda el existencialismo y la literatura comprometida. Lo tomaron como un bicho raro. Pero él estaba aburrido de todo eso. No se sentía capaz de escribir como sus coetáneos. Pensaba que era mal escritor. Pero luego escribió aquellas obras maestras...

4. El lenguaje audiovisual me ha ayudado mucho a la hora de "montar" la novela, de establecer nexos de unión entre las diferentes unidades narrativas. La estructura de la novela tiene mucho que ver con el montaje de cine. La influencia del audiovisual se ve también en la narración mediante imágenes: la escena del cineasta grabando a las dos niñas cazando mariposas, una senegalesa y la otra vasca, es muy cinematográfica. O la escena de la bomba en la guerra civil que libera a cientos de pájaros cantores que de repente empiezan a cantar al unísono. Eso es puro cine. Y luego está la reflexión sobre la película de Laurent Cantet, la cita de Meryl Streep en el Zinemaldia, las pantallas de los asientos... El medio audiovisual está muy presente en la novela.

5. El viaje es fundamental en mi novela. El viaje en avión. Situar la novela en un no-lugar. Pero en un no-lugar en movimiento. Me interesaba el movimiento. Porque la memoria no es fija, se mueve, como la identidad, tanto la colectiva como la individual. No situar la novela en un topos concreto como Bilbao, Ondarroa o Nueva York. Ni siquiera en un territorio mítico. El vuelo era lo que me interesaba. El devenir de un personaje que, aunque de procedencia vasca, está ahora en Estonia, ahora en Nueva York. El mundo como red de lugares.

6. La novela tiene un gran futuro como género, tiene muchísimas posibilidades. Yo soy muy optimista respecto a ello. Se va a abrir mucho en pocos años. Y va a tomar muchas formas. Estará la novela de género, estará la novela llamada convencional y la novela fragmentaria. Creo, además, que son complementarias, que las novelas más clasicistas y las experimentales pueden convivir. Incluso se alimentan entre sí. Yo creo en la libertad del creador, y la reivindico. No hay porqué pensar que hay un solo camino. Que hay un camino verdadero y los demás son falsos. Me dan miedo esos planteamientos. Ese tiempo ya ha pasado.

7. Me interesa renovar la tradición novelesca, pero respetando esa tradición y teniendo en cuenta que la aportación que uno hace es una más en una tradición de cientos de años. El cine, el periodismo, renovaron el género novelesco y lo enriquecieron. También lo pueden hacer las nuevas tecnologías, pero siempre respetando esa tradición. Creo más en el cambio que en la ruptura.

Uribe, en su Ondárroa natal
Uribe, en su Ondárroa natalSANTOS CIRILO
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