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DALE UNA OPORTUNIDAD A ESTA BANDA

Rosvita, surrealismo musical inclasificable

Este año han sacado su tercer álbum, 'Grandes Tormentos', con el sello independiente Everlasting Records, y acaban de volver de su cuarta gira europea

Rosvita es el "trío madrileño de los calcetines rojos y los cordones desatados". Así se presentan en su página en Myspace los treintañeros Manolo Campos, Manuel Arija y Nacho Vera, que llevan casi once años creando una música inclasificable que fluye por momentos, ruidosa y surrealista, entre estilos como el pop indie psicodélico o el rock electrónico. "La gente que sabe de etiquetas no sabe cual ponernos", explica Vera (batería, trompetista y voces) y ellos mismos evitan encasillarse cuando se les pregunta, mientras disfrutan de un aperitivo en la plaza de Tirso de Molina. Arija (bajista), propone consultar por teléfono a un experto al azar. Al otro lado de la línea, Carmelo, batería de Decapante y Ameba, otros grupos de la escena independiente española, sentencia que su estilo es "punki-fiesta progresivo". Rosvita acata, pero Vera añade que además hacen "rock-deportivo", por la energía que gastan cuando se suben al escenario.

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El directo es el medio natural del grupo, con los decibelios por las nubes. Vera, que es también actor, se calza sus "calcetines de la suerte", pantalones cortos, camiseta de lentejuelas y una cinta luminosa en la frente, y si hay espacio, se llevan una armadura. Sus actuaciones son explosivas y la excitación y la fuerza que desprenden mientras se contorsionan y se retuercen rítmicamente sobre los instrumentos contagia al público. "La gente se queda muy contenta después de un concierto por lo que hemos transmitido, la energía que damos. Después siempre quieren beber muchas copas más. Le venimos muy bien a los bares", bromea Vera.

El primer álbum de Rosvita tenía melodías y letras más pausadas. Después, Campos (guitarra y voces hasta entonces), se hizo cargo de los teclados y dieron un giro radical hacia el desenfreno lúdico que se plasmó en su segundo disco y que ha continuado en el tercero -Grandes Tormentos, Everlasting Records (2010)-, al que han incorporado algunas letras más que al anterior. Sobre su proceso de creación, Campos explica que en general trabajan con improvisaciones y a partir de ahí estructuran todo. Vera aclara que como son muy exigentes son "bastante lentos, pero no vagos". Hasta que un tema no les gusta a los tres, no paran. "Ensayamos mucho, más que ningún grupo de los que conocemos. Si podemos, todos los días", insiste el batería.

En sus temas "hay surrealismo, sketches, letras que no cuentan una historia en orden pero te dan ciertas imágenes sugerentes", como expone Campos. Arija desarrolla la misma idea detallando que sus canciones tienen siempre "diversión y una descarga energética bastante importante, con mucho impacto; son agresivas sin hacer daño, muy rítmicas". Su padre, cuenta bromeando, le recrimina que las letras del grupo "están mal", como cuando dicen "en el curro el trabajo me amontona" en su tema No valgo un penique. "Nuestras canciones no cuentan historias lineales, pero si te quedas parado y las procesas, te dejan pensando en frases como esa y todo lo que evoca", arguye el bajista.

En su cuarta gira europea, de la que acaban de volver, han estado en Reino Unido, Francia y Bélgica, donde cuentan que han sido muy bien acogidos. "A los españoles se nos están quitando los complejos y eso se nota también en la música. No tenemos que copiar lo que se hace en otros lados, podemos hacer cosas más personales, que además son mejor recibidas", declara Vera. Para Campos, aquí "salen grupos cada vez más desenfadados, más frescos, más suyos".

Lo próximo que hará la banda es montar un videoclip que han grabado en superocho ellos mismos. Arija adelanta algunas de las imágenes que estarán listas en septiembre: "Una armadura, un pueblo abandonado, ovejas saltando, gallinas, jugadores de ajedrez, flores muy bonitas, mucho sol, amaneceres nocturnos, niñas levitantes, lo típico, ya sabes". A medio plazo, se ven haciendo espectáculos musicales para niños, y a largo, en el primer concierto ingrávido de la historia, tocando en una nave espacial.

Manuel Arija, Manolo Campos y Nacho Vera, el trío Rosvita.
Manuel Arija, Manolo Campos y Nacho Vera, el trío Rosvita.
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