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Rusia y Ucrania se enzarzan por el legado de Nikolái Gógol

Disputa de nacionalismos culturales cuando se cumple hoy el bicentenario del autor de 'Las almas muertas'

Pilar Bonet

En un clima de distanciamiento cultural y lingüístico, Rusia y Ucrania festejan hoy el 200 aniversario del nacimiento del gran escritor Nikolái Gógol (Soróchintsi, 1809-Moscú, 1848), considerado como una de las cumbres de la literatura rusa. Gógol nació en el imperio ruso, en territorio que ahora es ucranio. En plena búsqueda de una identidad propia al margen del gigante eslavo vecino, Ucrania trata de apoderarse de la figura del autor de Las almas muertas, El inspector y Tarás Bulba y de agregarla a su galería de iconos nacionales. Mientras, Moscú se esfuerza por mantener el monopolio sobre el escritor.

Gógol es tema de artículos, series de televisión, películas y espectáculos teatrales. En Moscú se ha inaugurado el primer museo dedicado al autor y también una exposición sobre su persona y su época en el Museo Histórico. En Kiev se han presentado las obras completas, en ruso y en su traducción al ucranio y precisamente la traducción de la novela Tarás Bulba ha irritado a comentaristas y políticos rusos, que ven en el texto ucranio un intento consciente de deformar la obra de Gógol para adaptarla a las realidades geo-políticas actuales.

En las escuelas ucranias se estudia a Gógol como un autor extranjero

La acción de Tarás Bulba, cuyo protagonista es un cosaco del mismo nombre, ocurre en el siglo XVI en tierras ucranias entonces rusas y que estaban parcialmente ocupadas por los polacos. La traducción al ucranio de aquella novela elimina de forma sistemática las alusiones a "Rusia" y a la "patria rusa" y las sustituye por términos como "nuestra tierra", "la tierra de los cosacos" o "Ucrania". El malestar por estas licencias se ha reflejado incluso en la Duma Estatal de Rusia, donde el pasado viernes el diputado Konstantín Zatúlin, vicejefe del comité dedicado a los Estados pos-soviéticos, habló incluso de "actividades subversivas" contra Gógol y su obra.

Por unanimidad, la Duma adoptó una disposición en la que subraya el carácter ruso de Gógol y, recurriendo a la cita de un contemporáneo del escritor, afirmó que para los autores rusos, checos, ucranios y serbios, la "lengua de Pushkin" (el ruso) debe ser "como el Evangelio para todos los cristianos". En Ucrania, el ministro del Interior, Yuri Lutsenko, ha dicho que considera a Gógol como un "gran escritor", pero no como un "gran ucranio" porque representaba a los ucranios como provincianos interesados sólo por "comer tocino y el compadreo". Por su parte, el vicejefe del Parlamento, Nikolái Tomenko, calificó de "banal" el programa de acontecimientos oficiales dedicado al nacimiento del escritor y subraya que Gógol contribuyó a formar una imagen romántica de Ucrania.

El debate sobre Gógol refleja el problema de las relaciones entre Ucrania y Rusia tras la desintegración de la URSS. En Ucrania el idioma oficial es el ucranio y Nikolái Gógol está actualmente incluido en la asignatura de literatura extranjera en el programa escolar.

Miroslav Popóvich, director del Instituto de Filosofía de Kiev, califica de "idiotez" la discusión sobre si Gógol era ucranio o ruso, que, en su opinión, "transfiere elementos del debate político al campo literario". "Gógol es uno de los fundadores de la literatura rusa, posiblemente uno de los más grandes escritores en ruso, pero conserva las raíces nacionales ucranias y contempla San Petersburgo con ojos de un hombre meridional. Al traducir Tarás Bulba se pierde el aroma de la estepa, el aroma ucranio, que existe en el original ruso", señala Popóvich. "En Ucrania tenemos nuestros necios radicales y en Rusia también, y ambos son desagradables", afirma.

En el marco del aniversario se estrena la carísima producción rusa Tarás Bulba (remake de la película de J. Lee Thompson protagonizada por Yul Brinner y Tony Curtis). El director, Vladímir Bortkó, es ucranio aunque está afincado en San Petersburgo, y el protagonista es su compatriota Bogdán Stupka. Bortkó considera a Tarás Bulba como un héroe común a los rusos, los ucranios y los bielorrusos. Para el diario Kommersant, el filme ha resultado "equilibrado" desde el punto de vista histórico y "no tiene sentido que los ucranios, los hebreos o los rusos se irriten por la película".

SCIAMMARELLA

¿A quién pertenece?

¿A quién pertenece el escritor Nikolái Gógol? ¿A Rusia o a Ucrania? En este último país no se ponen de acuerdo sobre el tema, según reflejaba un sondeo realizado por la agencia Research and Branding Group en marzo pasado. Casi un 40% de los encuestados (39,8% exactamente) consideraban que Gógol era simultáneamente ruso y ucranio; el 29,8% lo calificaban de ruso; el 22,9%, de ucranio, y el 6,1% tenía dificultades para tomar partido. Un 59,3% deseaban que el aniversario fuera un acontecimiento oficial, pero el 26% se oponía. A la hora de decidir cómo festejar el aniversario, el 58,7% creían que Rusia y Ucrania debían celebrarlo conjuntamente y el 12,4% opinaban que Ucrania debía conmemorarlo con independencia de Rusia.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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