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Sabores y estilo de la gastronomía coreana

La embajada de Corea en Madrid prepara una degustación por el 60º aniversario de las relaciones diplomáticas con España

La cocina coreana se caracteriza por ser policromática y sana y así quedó patente ayer en la degustación celebrada en el hotel Intercontinental. Los platos, expuestos rigurosamente en mesas rectangulares y por estaciones, mostraban todo el esplendor de una cocina en evolución y creativa.

El producto estrella de la muestra fue su receta más extendida, KimChi. En concreto se trata de col china (parecido a la lechuga) macerada durante meses con pimienta roja molida, ajos y cebollas tiernas de forma básica. Según la estación del año y la región de consumo el proceso se hace con unos u otros productos, pero la base de la conservación son la pimienta roja y la fermentación láctica de unos 7 días. De olor fuerte y característico, su sabor es salado y picante. Se conoce ampliamente por los beneficios para la salud: aumenta las defensas de nuestro cuerpo, es antioxidante y ayuda a eliminar el colesterol.

El embajador de Corea del Sur en Madrid, Cho Tae-yul, y su mujer fueron ayer los anfitriones de la celebración del 60º aniversario de las relaciones diplomáticas entre España y Corea del Sur. El acto organizado en el Hotel Intercontinental consistía en una degustación de la gastronomía coreana donde cuatro chefs provenientes del Seúl cocinaron los platos más típicos del país. Autoridades como el ministro Pedro Solbes, representantes de distintas embajadas y empresarios inmersos en el mercado coreano fueron los invitados.

La primera toma de contacto fue un primer cóctel sorpréndete. Además de la comida, se podía disfrutar de la última tecnología 3D en dos grandes televisores, de las marcas LG y Samsung y de una pequeña exposición de pintura de la región.

La cena comenzó a las 22 horas con un discurso de Cho Tae-yul, dónde destacó las buenas relaciones entre ambos países y celebró las visitas del rey Juan Carlos y el presidente Zapatero el próximo otoño.

Un concierto de música coreana y española amenizó la espera hasta el comienzo de la muestra.

Cuatro bloques

La cena se sirvió con vinos autóctonos de Corea, el Bekse-Ju, un vino de arroz con hierbas y Bokbunja-Ju, un vino aromático de frambuesas negras, muy dulzón.

Los aperitivos frescos y con distintas texturas sorprendían gratamente al paladar. Desde la frescura del Susam-Naengchae, una viera aderezada con miel de limón y gingseng hasta la calidez de un potaje de calabaza dulce, el Hobakjuk.

Como plato principal propusieron el Neobiani. Es una mezcla de carne vacuna a la parilla aderezada en salsa de soja, con ajo, cebolla verde, azúcar y aceite de sésamo, que destaca por su ternura y mezcla de sabores.

Para terminar, antes de los postres, ofrecieron una degustación de entremeses compuesta de una sopa caliente de empanaditas, Seongnyu-Tang, nueces glaseadas, Hodu-Jorim con algas fritas y anchoas secas salteadas. Como puntilla final el KimChi, presentado en dos variedades, picante y dulce.

Los postres casi todos elaborados con miel tenían formas florales que sin ninguna duda despertaban la curiosidad. El ponche de limón muy digestivo fue ideal para poner el punto y final a una cocina muy variada y colorida pero copiosa.

Colorida y sana la comida coreana está en plena evolución y decidida a abrirse al mundo occidental
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