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Reportaje:

Siempre hay juerga en Jerez

Los Delinqüentes y Tomasito montan un disco de versiones grabado con aire de fiesta - Los tres vuelven a sus orígenes callejeros con guiños a Dylan y Veneno

Tereixa Constenla

¿Quién es ese tipo que pugna por subir a un vehículo dumper parado ante un semáforo? ¿Y esos otros que persiguen a un entregado corredor junto al paseo de la Castellana? ¿Quiénes son capaces de guitarrear y dar palmas tumbados en el suelo de la madrileña plaza de Colón durante un crepúsculo (sabemos que en un amanecer cualquiera hace esas cosas)? Un trío al que todo -en materia de juerga- le da igual. O sea: Los Delinqüentes (Marcos del Ojo, Canijo, y Diego Pozo, Ratón) más Tomasito. "Para mal rollo, ya está el telediario", zanja Canijo. "En casa somos peor, fuera somos tímidos", se chotea Pozo. Puede. Durante la charla exprés, poco antes de que prueben sonido para un pequeño concierto en Hard Rock, tampoco se deshacen de uno de sus números favoritos: coronar algunas frases con palmas, jaleos y taconeo de Tomasito, ese artista fino como un junco e inquieto como un felino que llamaba "tata" a Lola Flores.

El 'Manifiesto de lo borde', firmado por Smash en los sesenta, animó el trabajo
Canijo: "Que se proteja el flamenco es buen motivo para emborracharse"

Los tres se han juntado para grabar Los hombres de las praderas y sus bordones calientes, un disco festivo repleto de versiones propias (Uno más, Camino del Hoyo o El aire de la calle) y ajenas (Bob Dylan, Silvio, Kiko Veneno o Violent Femmes) grabado en Jerez durante un mes y un día. Suena a condena, pero fue una fiesta. "Teníamos ganas de hacer un disco callejero, como al principio; algunas son canciones que siempre cantamos de borrachera", confiesa Pozo en Madrid, una escala en la gira que finaliza el 7 de diciembre en San Javier (Murcia). "Nosotros, como Rosendo, comemos del directo", asegura Tomasito. Sin medio tono de queja, cuenta Pozo: "Todo el mundo tiene nuestros discos y nadie los ha comprado". Y con el aire de quien lo ha contado miles de veces añade Canijo: "Nos traen discos pirata para que se los firmemos".

El nuevo trabajo candidato a multiplicarse hasta el infinito sin pasar por caja arranca con Manifiesto de lo borde, un instrumental compuesto por el guitarrista que se inspira en un documento de Smash, aquel grupo que tuvo el mérito de encarnar lo underground viviendo en la Sevilla franquista de los sesenta (lo fácil era hacerlo en Londres). Junto a sus discos legaron un gran manifiesto con su alternativa visión existencial, que Tomasito y Los Delinqüentes han adoptado como credo propio.

Entre los malos de su mundo, "hombres de las montañas", citaban a Hitler y Manson. Entre los buenos, "hombres de las praderas", figuran Dylan, Hendrix, Jagger. Sus herederos espirituales agregan Capullo de Jerez y Remedios Amaya, que cantan por tangos El abuelo Frederick y El aire de la calle. Y ahora que la Unesco ha declarado que el flamenco es Patrimonio de la Humanidad, ¿qué? "Es un buen motivo para emborracharse", dice Canijo. "La Paquera de Jerez, Terremoto... Los antiguos dirían; 'Sáqueme tres botellas de JB", asiente Tomasito.

Las barras han inspirado grandes alianzas. En La Bodega de Jerez, los delinqüentes beben amontillado y exploran arranques musicales que pueden ser todo y no ser nada. Ahora han dado un paso más abriendo su propio bar de conciertos, Tío Zappa, en honor de Frank Zappa y Tío Gregorio El Borrico. "En vez de gastar el dinero en un coche, pensamos en montar algo que tuviera beneficio para los demás, aparte de para nosotros", expone Canijo.

-Entonces, ¿Zappa es Dios?

-No, Dios es Maradona-ataja Ratón.

Y se explaya: "Zappa es Stravinski pero en rock, lo mismo hacía música clásica que funky, es inclasificable y además un borde, que se metía con los Beach Boys, los Beatles y Dylan".

-¿Y quién es Dios?

No duda Canijo: "Veneno".

Tomasito, en el centro, entre Diego Pozo (a la guitarra) y Marcos del Ojo, de jolgorio en la madrileña plaza de Colón.
Tomasito, en el centro, entre Diego Pozo (a la guitarra) y Marcos del Ojo, de jolgorio en la madrileña plaza de Colón.SAMUEL SÁNCHEZ
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Sobre la firma

Tereixa Constenla
Corresponsal de EL PAÍS en Portugal desde julio de 2021. En los últimos años ha sido jefa de sección en Cultura, redactora en Babelia y reportera de temas sociales en Andalucía en EL PAÍS y en el diario IDEAL. Es autora de 'Cuaderno de urgencias', un libro de amor y duelo, y 'Abril es un país', sobre la Revolución de los Claveles.
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