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EL SILENCIO DE UN CANTAOR

...Y el genio crió al hombre

Francisco Peregil

El Tomatito es un gitano alto de 33 años, porte de Don Juan, ojos como verdes, pelo por la espalda, casado y con cuatro hijos. Cuando José Monje, Camarón de la Isla, fue a una taberna de Málaga y se fijó en José Fernández Torres, Tomatito, éste apenas pasaba de los 15 años. El artista tuvo que pedirle permiso a su padre para que dejara al niño acompañarlo en las giras. Desde entonces han grabado juntos ocho discos, han pisado los hoteles de medio mundo y casi todos los tablaos de España.

-¿De dónde proviene su nombre artístico?

-De mi abuelo, que era Tomatito; mi padre también lo es, y mis hijas son tomatitas.

Amigo de las tradiciones - no se me ocurre fumar delante de mi padre"-, el Tomatito vive en un barrio gitano de Almería, rodeado de familiares y amigos de la infancia. "Podría irme al centro, pero prefiero esto. Lo ideal para mí sería una vida al estilo indio, con mi familia, un rancho con los caballos y mi guitarra".

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Cuando el Tomate regresa de los conciertos, sin quitarse el traje se mete en el establo que tiene al lado de su casa para darle de comer a los caballos. "Ésa es mi gran pasión. Se me pasan las horas enteras estudiando la guitarra en la cuadra con el olor a estiércol".

El Tomate se ha hecho famoso por adaptarse a las exigencias del monstruo. Que aquella noche le venía el duende al Camarón... el Tomate a la altura de las circunstancias. Que el genio estaba bajo de ánimos... el Tomate bajaba los tonos como sólo él sabe hacerlo. "Para ser buen guitarrista hay que ser gitano", dice el Camarón.

Noches de insomnio

Ahora, el guitarrista padece insomnio desde que sabe lo de su amigo. "Prácticamente me ha criado él, y lo que soy se lo debo sólo a él. Mi mujer me tiene que preparar unas yerbas porque me comen los nervios y me molesta hasta el zumbido de las moscas". Quiero pasar unos días con él en La Línea, aunque me da corte. Yo sé que para él no soy molestia en su casa, pero hay tanta gente viéndolo que me siento molesto". Hace dos semanas, el Tomatito tocó con Frank Sinatra en Barcelona y La Coruña. Camarón estaba en La Isla de San Fernando y su amigo Candado le dijo que fuera a ver a su guitarrista. Pero él dijo que iba a sufrir viéndolo en el escenario sin poder cantar. El guitarrista ya ha concertado varias galas este verano como telonero de estrellas del pop extranjeras. "No es lo mismo tocar sin él; uno sale al escenario sin tensión, sin esa sensación que entra al saber que estás tocando para un monstruo irrepetible. Porque guitarristas... podrán salir algunos buenos, pero cantantes como él, ninguno. Después de tocarle a este hombre, es muy dificil hacerlo para otro".Para el guitarrista, los dos grandes genios del flamenco son Paco de Lucía y el Camarón. Por eso dice que puede morirse contento de haber tocado junto a los dos en el último disco, Potro de rabia y miel , Cuando sale un elepé nuestro, antes de que me lo mande la casa discográfica yo voy a la tienda, me lo compro y alucino. Si voy en el coche, pongo nuestras cintas y escuchándolo a él me olvido de que el que toca soy yo. Más de una vez en algún concierto he visto que él hace un giro 0 una cosa preciosa cantando y dejado en ese momento de tocar la guitarra".

Asegura que el Camarón es el cantaor más exigente que pueda uno encontrar, porque antes de convertirse en El Camarón José Monje era El Pijote, un guitarrista que buscaba un hueco en los tablaos de Cádiz. "A él le encantaría ser guitarrista y a mí cantaor"

Entre los discos que han hecho, el Tomate no se quedaría con ninguno en especial porque cree que cada uno lleva una historia, un "algo especial".

El Camarón cree que Potro de rabia y miel, a pesar de ser bueno, ya se notaba que él anda enfermo.

En la Isla de San Fernando se concedió el año pasado la insignia de Camarón de Oro. El año pasado fue al Tomate y el próximo mes de julio irá al pecho de Curro Romero. "Cuando el Camarón me la colgó en la solapa y me dio un abrazo me entró un hormigueo por todo el cuerpo".

Fatiguitas y buenos ratos

Al Tomate se le humedecen los Ojos cuando pregunta por su compañero y dice que las fatiguitas y los buenos ratos que ha pasado con su amigo sólo ellos dos lo saben. Cree que el culto de la Iglesia evangelista es algo muy bonito, pero hay que tener fe. "Lo que le pasa ahora no es por culpa de la droga, sino del tabaco; pero si eso sirve para que muchos gitanos crean que la droga es mala, que sigan creyendo la teoría de la droga".Pocas personas conocen a Camarón como él. Los silencios a que tienen acostumbrado estos hombres a sus amigos forman ya parte de la leyenda: "Hablamos muy poco, y entre nosotros, los ojos nos sirven para comunicarnos".

El Tomate sabe, por ejemplo, que la familia es para el cantante sagrada. Por eso cuando al Camarón se le preguntó esta semana por una canción que le cantan los gitanillos por la calle, sólo dijo. "¿Es de los Pata Negra, no?" La canción decía algo así: "Era una noche de invierno que llovía a chaparrones tu madre Juana cantaba y tu padre Luis hacía arcayatitas gitanas ( ... ). Ay, José, yo te canto, Camarón; te canto pa que me cantes y me alegres el corazón".

El guitarrista asegura que si no la hubieran hecho los Pata Negra no se lo habría perdonado. Son las pequeñas rarezas de alguien que vive cada vez más en el silencio. No obstante, al final admitió que "los uchachos hicieron la canción con buenas intenciones".

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Sobre la firma

Francisco Peregil
Redactor de la sección Internacional. Comenzó en El País en 1989 y ha desempeñado coberturas en países como Venezuela, Haití, Libia, Irak y Afganistán. Ha sido corresponsal en Buenos Aires para Sudamérica y corresponsal para el Magreb. Es autor de las novelas 'Era tan bella', –mención especial del jurado del Premio Nadal en 2000– y 'Manuela'.

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