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Reportaje:

The Doors o el exceso

La banda de Jim Morrison celebra a lo grande el 40º aniversario de su primer disco con nuevas mezclas de su repertorio

No hay término medio con The Doors. Ni en vida de Jim Morrison ni desde su misteriosa agonía en una bañera, en París, en julio de 1971. El próximo día 26, Ray Manzarek, Robbie Krieger y John Desmore darán un impulso a todo el repertorio de la banda californiana, con nuevas mezclas de cada canción y tomas adicionales, en seis discos individuales y dos cajas de éxitos. Celebran a lo grande el 40º aniversario de su primer elepé abriendo las puertas del estudio donde grabaron un legado que cobra fuerza con el paso del tiempo.

"Libertad", proclama Ray Manzarek. "Cada nueva generación descubre la libertad con The Doors. Libertad para plantar cara a la religión, la política, la escuela, los padres. Eso es lo que la banda representa para los jóvenes en su despertar de la infancia. Les decimos que pueden ser libres. Pero deben tener agallas porque no es fácil alcanzar la libertad", explica el teclista en una entrevista en Londres. "En el momento actual", añade, "escuchar a The Doors ayuda. Descubres que no tienes que luchar en Irak, que puedes dar la espalda a la guerra. También un musulmán de 16 años puede decir no a la yihad y declararse enamorado de la gente. The Doors es un gran acto de amor a un nivel superior, cósmico".

El idilio comenzó en Venice Beach (California) en agosto de 1965. Con una canción, Moonlight Drive, que Morrison tatareó a Manzarek. "Conocía a Jim de la escuela de cine y sabía que era un gran poeta. La letra de Moonlight Drive removió mi sangre polaca. Cuenta una agradable historia californiana, conduciendo con la novia hacia el mar bajo la luz de la luna. Pero de pronto entra en la ecuación el concepto de psicodelia, la constante de la muerte. 'Agárrate fuerte, baby, vamos a ahogarnos esta noche', dice la última estrofa. Iban a cometer un doble suicidio, como en una película japonesa de Kurosawa o Uzo. Nunca había oído algo tan cinético e intrigante. Removió mi carácter eslavo, el lado oscuro, meditabundo y misterioso que puedo explorar en el teclado. Fue el perfecto matrimonio de la palabra y el órgano", recuerda.

Manzarek se considera el "custodio" del legado de Jim Morrison. Es un papel que comparte con el guitarrista Robbie Krieger y que les ha enfrentado en los tribunales con el batería John Desmore. El pleito sigue su curso y ambos amigos no pueden dar conciertos como The Doors. Tocan en directo su viejo repertorio bajo la marca Riders on the Storm y, con ocasión del 40º aniversario, han reclutado a un nuevo vocalista, Brett Scallions, de la banda Fuel, para una inminente gira por Estados Unidos y Europa. "Nunca me canso de tocar Light my fire. ¿Qué puede haber mejor? Es como el sexo, el orgasmo siempre es lo mismo, una sensación siempre maravillosa", dice.

Tampoco relaja la guardia frente a los que, en su opinión, enturbian la leyenda de Morrison y su banda. Disputa la versión que construyó Oliver Stone en el filme The Doors y la persistencia en el aspecto fatalista del imprevisible cantante. "Éramos gente contenta, pero más existencialistas, más Jean Paul Sartre, que la imperante felicidad hippy del flower power. Jim Morrison era, por supuesto, excesivo y alocado, pero tenía un increíble espíritu artístico. Tomaba LSD para abrir las puertas de la percepción, para iluminar su mente. El alcohol le condujo a la autodestrucción, a la muerte con 27 años. Desconocía sus limitaciones porque, de acuerdo con la astrología china, tan sólo atravesaba la primera existencia de las nueve encarnaciones de la rueda", explica mientras se acomoda en el sofá, descalzo, en posición de yoga. "Las mujeres enloquecían con él. Era el dios americano del sexo", puntualiza.

Con las reediciones del 40º aniversario -dos compilaciones de éxitos más los seis discos originales- el trío de rockeros abre el estudio de los Doors. "Son nuevas versiones de nuestras canciones que suenan como las grabamos por primera vez. Invitamos al público a unirse a The Doors en el estudio", se entusiasma el teclista. Entre los extras aparecen temas como Break on through o Celebration of the Lizard, en proceso de creación y en su versión definitiva. "Éramos unos locos científicos en el laboratorio y, en estas tomas adicionales, estamos creando, equivocándonos, probando otro camino hasta dar con la interpretación clásica". Se lanzan ahora en formato físico y en descargas digitales.

LA LEYENDA

The Doors irrumpe en la escena californiana en 1966.

El tema

Light my fire de su disco de debú, The Doors, cosecha su primer número 1 en 1967.

Imprevisible y sexualmente incandescente en el escenario, Morrison conquistó audiencias y alarmó al establishment. Le detienen en varias ocasiones por "exponerse indecentemente" hasta

su huida a París en 1971.

El 3 de julio de 1971, Morrison aparece muerto en la bañera de su piso parisiense. Había sufrido

un infarto provocado por las drogas y el alcohol.

Su tumba, en el cementerio Père-Lachaise, de París, es objeto de peregrinaje de miles de admiradores. Otros creen que sigue vivo en alguna isla del océano Índico.

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