_
_
_
_
_

Otra Thyssen reina en el arte

Francesca, hija del barón, presenta en Austria su 'tesoro' de obras contemporáneas

Pablo Guimón

Todo empezó como una obsesión. Fue hace siete años, en una exposición de la artista Janet Cardiff en el PS1 de Nueva York. A Francesca von Habsburg-Lothringen, hija del barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza y esposa del archiduque Karl Habsburg-Lothringen, le fascinó lo que vio. Y quiso hacerse con una pieza de la artista. Concertó una cita con los galeristas y les contó su intención de adquirir una obra. "Me preguntaron qué más obra tenía, y cuando les respondí casi me echaron a la calle", recuerda. "Pasé un año entero intentando comprar una pieza de Cardiff, hasta que un día, hablando con ella, me lo aclaró todo. 'Mira', me dijo, 'yo produzco tan poca obra que necesito que sea un centro de arte o una fundación la que la adquiera, para que tenga visibilidad'. Dos meses después estaba en su estudio con una fundación creada y una propuesta de exposición".

Así nació una de las colecciones privadas de arte contemporáneo más importantes de Europa, la Thyssen-Bornemisza Art Contemporary. Lo contaba ayer Francesca von Habsburg-Lothringen a EL PAÍS en el Museo Kunsthaus de Graz (Austria), durante la presentación de una exposición de obras de su colección, montada en torno al concepto borgiano del aleph, aquel pequeño punto que contenía todos los tiempos y todos los lugares del universo. Una metáfora, en cierto modo, de la ambición de una colección de arte de ser un microcosmos de todo el arte del mundo. La exposición Collection as aleph cuenta con obras de Olafur Eliasson, Paul McCarthy, Sarah Lucas, Tracey Emin, Douglas Gordon o los cubanos Los Carpinteros.

La Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, con cerca de 400 obras de los más destacados artistas de estos inicios del siglo XXI, es una colección errante. No tiene un centro permanente de exposición, más allá del local que sirve de sede de la fundación en Viena. Las obras se ven en muestras que montan esporádicamente, se prestan a museos y se mueven en originales proyectos de itinerancia.

Francesca, de 49 años, asegura que tiene planes de presentar la colección en España, en el Museo Thyssen-Bornemisza, a cuyo patronato pertenece desde 2002. Guillermo Solana, conservador jefe del museo madrileño, confirma que pronto expondrán parte de la colección de Francesca. No dan fechas concretas, pero se habla de un par de años.

"Quiero jugar un papel importante en el museo de Madrid", admite. Pero no se trata de depositar su colección en Madrid permanentemente. "Soy alérgica a que haya un sitio único para mi colección", explica.

Francesca, que se opuso en su día a que la colección de la baronesa Thyssen se fusionara con la familiar, considera que la actividad de su fundación continúa y engrandece la colección de su padre. "Para mí es importante recordar la enorme contribución que ha hecho mi familia", dice, en referencia a la cesión que realizaron ella y sus hermanos de parte de su herencia para que pudiera hacerse realidad el Museo Thyssen de Madrid. "Mi padre dejó dicho que sólo los miembros de la familia pueden continuar la colección. Hasta ahora el museo se ha centrado en la gestión de la colección existente, pero creo que nada debe parar esa continuidad de la colección".

La vida de la archiduquesa Francesca dio muchas vueltas antes de convertirse en una influyente figura del mundo del arte. Hija del barón Hans Heinrich von Thyssen-Bornemisza y su segunda mujer, la modelo británica Fiona Campbell, fue educada en Suiza y luego en la escuela de arte de Saint Martins, en Londres, que abandonó para dedicarse intensamente a la vida nocturna. Fue una famosa fiestera en el Londres de los ochenta. Probó suerte en el cine, trabajó de modelo, asistió al primer concierto de los Sex Pistols y tuvo una larga relación con el cantante Steve Strange, de los nuevos románticos Visage. Hay documentos (ver YouTube) de Francesca haciendo coros con el grupo. Rompió la relación, pero no la vida hedonista, que compartió un tiempo con Dodi Al Fayed.

En 1993 se casó con el archiduque Karl Habsburg-Lothringen, que sería algo así como heredero del imperio austrohúngaro si existiera, con quien tiene tres hijos. Por esa época se involucró como conservadora de la colección de su padre. "Yo siempre quise ser artista", asegura.

Quizá con un ojo puesto en Madrid, pero sobre todo para abrirse puertas en el mercado latinoamericano, las chicas (y el chico) de la fundación tienen ante sí una nueva tarea. "El mes que viene", anuncia Francesca, "empezamos clases de español".

'El Aleph' Thyssen

- Inspirada en 'El Aleph' de Borges, la de Francesca von Habsburg-Lothringen, con obras como las que muestran las imágenes, es una de las mejores colecciones privadas de arte contémporaneo de Europa. Estos días se pueden ver en la Kunsthaus del pueblo austriaco de Graz.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Pablo Guimón
Es el redactor jefe de la sección de Sociedad. Ha sido corresponsal en Washington y en Londres, plazas en las que cubrió los últimos años de la presidencia de Trump, así como el referéndum y la sacudida del Brexit. Antes estuvo al frente de la sección de Madrid, de El País Semanal, y fue jefe de sección de Cultura y del suplemento Tentaciones.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_