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Último adiós a Martí i Pol

La capilla ardiente del poeta fallecido se convierte en escala de la campaña electoral

La pequeña localidad de Roda de Ter (Barcelona) amaneció ayer gris y fría, como si quisiera sumarse al duelo de sus habitantes por la muerte de su vecino más universal. La bandera catalana que cubría el féretro del poeta Miquel Martí i Pol, fallecido el martes a los 74 años de edad, se fue llenando de coronas de flores a medida que decenas de amigos y admiradores se acercaban a decirle el último adiós.

La afluencia de personalidades del mundo político terminó por convertir la capilla ardiente del poeta en una parada más de la campaña electoral para las elecciones autonómicas catalanas. El más madrugador fue Josep Lluís Carod Rovira, candidato de Esquerra Republicana, quien definió al autor de libros tan conocidos como Estimada Marta o La fàbrica como "un hombre de la clase trabajadora, un patriota, un poeta de lenguaje llano, vivo, rico y comprensible", y puso como ejemplo de esa popularidad el hecho de que sus versos acompañaban frecuentemente los recordatorios de todo tipo de ceremonias, incluidas las fúnebres.

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En representación del Partit Socialista de Cataluña acudió el presidente de la Diputación de Barcelona, José Montilla, quien recordó al fallecido como "una persona que supo compensar su debilidad física con una gran vitalidad y fuerza de convicción y que deja una obra poética culta y sensible, pero a la vez popular". El primer secretario de los socialistas catalanes aprovechó la ocasión para desvelar que hace unas semanas firmó un convenio para garantizar la conservación del legado literario de Miquel Martí i Pol, incluyendo archivos personales y correspondencia, que se depositará en una biblioteca de próxima construcción en Roda de Ter. El día anterior, el jefe de filas del PSC, Pasqual Maragall, había iniciado su mitin en Tortosa con un minuto de silencio en recuerdo del escritor, tras asegurar que "si Salvador Espriu salvó las palabras, Martí i Pol ha salvado la sensibilidad".

El todavía presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, visitó la capilla ardiente a última hora de la tarde y destacó que para él "ha sido una pérdida personal muy grande". Después de ensalzar el "importante papel" de la viuda, Montserrat Sanz, Pujol añadió que "ha sido una especie de estallido de energía con su valor a la hora de escribir atravesando una grave enfermedad; un maestro literario, pero también un derroche de energía por el hecho de la actividad literaria que ha llevado con la enfermedad que padecía". El candidato a la Generalitat por Convergència i Unió, Artur Mas, había visitado a la familia el mismo martes en el hospital, donde calificó al fallecido como "referente patriótico y uno de los grandes poetas que ha tenido Cataluña".

El candidato de Iniciativa per Catalunya Verds, Joan Saura, también había acudido al hospital donde tuvo lugar el fallecimiento. Saura recordó la condición de obrero de Martí i Pol, así como su afiliación al PSUC, y añadió que "era una persona irrepetible no sólo por su obra, sino también por su calidad y porque supo hacerse querer por todos". El sindicato Comisiones Obreras, al que el poeta había estado vinculado, lamentó la muerte del que calificó de "poeta de los trabajadores". También UGT expreso su pésame a la familia.

Entre los amigos más próximos del poeta destacó la presencia del futbolista Josep Guardiola, quien se desplazó desde el emirato de Qatar y reconoció sentir "una gran tristeza". El ex jugador del FC Barcelona aseguró: "Con haberlo conocido ya tengo mucho. Estoy satisfecho de haber podido disfrutar de su amistad". Guardiola colaboró en los últimos años de vida del poeta a aumentar su celebridad declarándose acérrimo lector de su poesía, que definió como "llana, sentimental y muy impactante". A su lado estuvo otro de los allegados del escritor, el cantautor Lluís Llach, que acompañó a la viuda y los hijos del poeta desde que en la noche del lunes se agravó la enfermedad que sufría desde hacía 30 años.

A las 11.30 de hoy se celebrarán los funerales en la iglesia parroquial de Sant Pere de Roda de Ter, en ceremonia privada.

Josep Guardiola, con Lluís Llach ayer en Roda de Ter, durante el velatorio.
Josep Guardiola, con Lluís Llach ayer en Roda de Ter, durante el velatorio.EFE
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