Viaje a la historia del festival

Una serie de televisión dedicada a un festival de cine. Después de que el festival de Venecia se apuntara a repasar su historia por capítulos, ahora Donostia echa la vista atrás y narra su viaje e historia para la televisión. A lo largo de 15 capítulos, Una historia de Zinemaldia se adentra en aquel sueño, aquella ilusión colectiva que se hizo realidad en 1953 gracias al tesón de un grupo de comerciantes donostiarras empeñados en atraer turismo a la ciudad mediante la creación de un festival de cine.

Los dos primeros capítulos de la serie, dirigida por Diego Galán, un buen conocedor de este certamen que ha dirigido unos cuantos años, se proyectaron anoche, como antesala de la inauguración de hoy, en el Teatro Victoria Eugenia. Allí estuvieron el alcalde de la ciudad, Odón Elorza -"este es un homenaje a tantas y tantas personas que han conseguido hacer este festival, pero también es la historia de todos los ciudadanos"-, además de los directivos de la televisión pública vasca, ETB, impulsores del proyecto. El estreno de Una historia de Zinemaldia está previsto para el próximo viernes 24 en ETB2 y su proyección será semanal. TVE también ha prometido, aunque todavía sin concretar fecha, programar la serie en su parrilla.

Cada capítulo de Una historia de Zinemaldia, que comienza en 1953 y terminará con la edición que hoy mismo comienza, será presentado por un actor o actriz español. Bárbara Goenaga fue la elegida para hacer la presentación del primero y Juan Diego Botto del segundo. También participarán Eduardo Noriega, Marta Etura, Maribel Verdú o Martín Rivas.

Con un ritmo y una estética rompedora, la serie, en palabras de Diego Galán, tiene como objetivo contar las tripas del festival. A través de imágenes del NODO, de TVE y de entrevistas actuales, el documental nos acerca al cine y sus estrellas, pero también a las circunstancias políticas y sociales que ha vivido nuestro país, desde la dictadura de Franco -Carmen Polo fue una asidua de inauguraciones y clausuras- hasta nuestros días. Sin olvidar todas las dificultades que han sido muchas que ha vivido este festival, el único de clase A en España.