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La Xunta paraliza hasta marzo de 2007 dos obras de la Cidade da Cultura

La Xunta de Galicia paralizará hasta el 31 de marzo de 2007 la construcción de dos de los edificios de la Cidade da Cultura, el macrocomplejo que el Gobierno que presidía Manuel Fraga proyectó en 1999 en el Monte Gaiás, en las cercanías de Santiago de Compostela. "Se trata de una suspensión temporal necesaria para redefinir el proyecto cultural y readaptar las estructuras físicas a las nuevas necesidades", anunció ayer la consejera de Cultura, la nacionalista Ánxela Bugallo. La consejera garantizó que se respetará el aspecto exterior de la propuesta original del arquitecto Peter Eisenman.

La Cidade da Cultura, que estuvo a punto de llamarse Cidade Manuel Fraga Iribarne, fue la principal patata caliente heredada por el Gobierno del PSdeG y BNG. Diseñada por Eisenman como una gigantesca vieira semienterrada, su presupuesto se había disparado (los 120 millones presupuestados inicialmente ya se habían convertido en 373 cuando el PP dejó la Xunta, y faltan por adjudicar las obras de urbanización, unos 37 millones), mientras su funcionalidad o cometidos no acababan de levantar el vuelo. Su replanteamiento había sido ya anunciado en la toma de posesión del Gobierno bipartito y reiterado después, pero se concretó la noche de anteayer, lunes, mediante un acuerdo con las empresas adjudicatarias (una UTE de Copasa, Necso y OHL).

La Administración pagará una indemnización de unos 150.000 euros, en lugar de los casi cinco millones que tendría que abonar por la suspensión definitiva. De los dos edificios paralizados, el Teatro de la Música y el Centro de Nuevas Tecnologías, a finales del pasado mes de octubre únicamente se había realizado el 0,09% de las obras. El resto de los edificios acumula también un considerable retraso, aunque Ánxela Bugallo estimó que dos de ellos, la Hemeroteca y la Biblioteca, podrán inaugurarse el próximo año.

"Proyecto abierto"

El mayor problema es, sin embargo, la finalidad de las instalaciones. Por ejemplo, el Teatro de la Música, adjudicado dos días antes de las elecciones por 97 millones de euros, estaba previsto que tuviese tres escenarios rotatorios, en una ciudad de 100.000 habitantes sin tradición operística. La redefinición del proyecto es, según Bugallo, "un proyecto abierto" en el que ya participan el Consello da Cultura (compuesto por personalidades independientes), el Museo do Pobo Galego y un equipo de la Administración, a los que se sumarán distintos sectores culturales.

La medida no suscitó grandes reacciones entre los defensores del proyecto. El Ayuntamiento de Santiago (una coalición PSdeG-BNG presidida por el socialista Xosé Sánchez Bugallo, primo de la consejera) anunció que el grupo socialista en la Cámara autonómica solicitará información. El PP local se limitó a exigir que no se ampute la propuesta arquitectónica original y a tachar de excesivo el tiempo de paralización.

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