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Evtuchenko, 'poeta de la corte', habla de Franco y de Colón

El escritor soviético dice que su última obra, 'Fuku', es un documental contra el terrorismo y el fascismo

Pilar Bonet

El general Francisco Franco era un dirigente popular hábil y de aspecto bonachón, y el almirante Cristóbal Colón, un agresor fascista, codicioso, causante de muchos de los actuales males de Latinoamérica, según la última obra del poeta soviético Eugeni Evtuchenko, de 52 años, que acaba de aparecer en Novi Mir, la publicación literaria más prestigiosa de la URSS. En una conversación mantenida con EL PAÍS Evtuchenko, uno de los mayores propagandistas del régimen soviético, calificó su última creación como "un collage documental contra el terrorismo y el fascismo".

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La obra -parte en verso y parte en prosa- lleva por título Fuku, una palabra usada en Santo Domingo y traducible por tabú, que designa los entes cuyo nombre auténtico trae mala suerte de ser pronunciado. A lo largo de medio centenar de páginas, Evtuchenko reflexiona sobre la colonización española de América, el estado actual de Centroamérica y América del Sur, la España franquista, el estalinismo y la burocracia. El poeta mezcla todo ello con sus propias vivencias biográficas desde su niñez atormentada por el hambre durante la II Guerra Mundial, un tema que sirvió de eje a su película Jardín de infancia. Recientemente, Evtuchenko ha publicado en Pravda un poema apoyando la política de Gorbachov y atacando a los burócratas acomodaticios y a la censura. Pese a sus salidas extemporáneas y sus declaraciones a veces polémicas, Evtuchenko es catalogado por la inteligenzia moscovita como alguien que "hace el juego al sistema" mediante una dialéctica verbal, sucedáneo de una actitud verdaderamente crítica. Evtuchenko, que goza de los privilegios de la elite cultural utilizada como embajadora soviética en el extranjero, es un personaje poco popular en medios intelectuales moscovitas, que le acusan de poeta de la corte. Sus dos últimas creaciones, el poema de Pravda y Fuku, están estrechamente relacionados entre sí. Según Evtuchenko, "Fuku tenía muchos enemigos que, por cobardía o dogmatismo, no querían verlo publicado". Fuentes próximas al poeta señalan que éste recibió autorización para publicar Fuku después de haber escrito una carta de queja a Mijail Gorbachov y de haber recibido el apoyo de 15 autores soviéticos reconocidos, entre ellos Kirguiso Chinguis Aitmatov. La contrapartida a la aparición de Fuku ha sido, dicen, el espaldarazo que Evtuchenko ha tenido que dar a Gorbachov desde las páginas del diario oficial del PCUS.En Fuku se cuenta cómo el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga hoy líder de Alianza Popular, intercedió ante Franco en 1966 para que Evtuchenko, entonces en España con un visado conseguido por azarosos caminos, pudiera leer sus versos en Madrid.' "Fraga intentó organizar mi actuación, pero dijo que no podía ser abierta al público por temor a manifestaciones políticas", explica. "Franco pasó la petición de Fraga al ministro del Interior, con una nota donde se decía: 'Hay que pensarlo'. El ministro del Interior, a su vez, hizo otro comentario: 'Sólo si es sobre mi cadáver'. Y el recital no se celebró".

Buenos vinos españoles

"Yo siempre había soñado con ir a España", afirma Evtuchenko recordando los "buenos vinos españoles", que dice haberse tomado con los embajadores de Franco en París y en Bonn, en espera de un visado. La visita se debió, finalmente, a un negocio de naranjas entre Egipto y España, y a un amigo de Evtuchenko, un alto funcionario egipcio que hizo una gestión ante el embajador de España en El Cairo. Éste sí accedió a conceder un visado excepcional al poeta soviético. En su estudio atestado de libros, Evtuchenko tiene hoy una foto de una corrida de toros. Su poema Corrída se escribió durante aquel tiempo a España, en 1966. En Madrid, Evtuchenko recibió como acompañantes a dos poetas españoles. "Sus versos eran tan horrorosos que telefoneé a Fraga y le pedí que me recibiera, lo que no resultaba fácil para él. En aquella situación era una de las personas consideradas más a la izquierda, y ahora es una de las que se consideran más a la derecha. Me recibió un sábado por la tarde, fuera de horas de trabajo, en el ministerio vacío. Se portó como un caballero. Le pedí que me retirara a los poetas y me diera como escolta a un policía profesional, un agente que no escribiera versos". "Y me lo dio", cuenta riéndose el poeta soviético, que viajó por España en el coche del agente. "Hasta cierto punto nos hicimos amigos. Cuando él había bebido algo más de la cuenta, yo conducía el coche". La lectura de poemas de carácter restringido que debía haberse celebrado en el Ateneo de Madrid no llegó a celebrarse, y la abadía de Montserrat, en Cataluña, fue el escenario de la actuación, que "no estaba ni permitida ni prohibida. La policía acordonaba el lugar y también escuchaba los versos. Hasta hubo quien aplaudió. Luis Goitysolo traducía".

En Fuku se describe una salida de Franco en Sevilla con ocasión del Primero de Mayo. Iba en un Mercedes y "no sobresalía del nivel del cristal frontal". Era "un hombre gordito, de rostro bondadoso de tendero de provincias con suerte ( ... ) que movía paternalmente su corta mano de dedos gruesos y pesados. Cuando se le cansaba la mano derecha, movía la izquierda, y al revés". Los padres levantaban a los hijos en brazos y muchos derramaban lágrimas de "entusiasino ciudadano" por aquel hombre que "los españoles pensantes" veían como "el asesino de Lorca", "el verdugo de la joven República española" y el "hábil comerciante que había vendido los museos, los paisajes, las corridas, las castañuelas y los Don Quijote de recuerdo". "Me quedé muy sorprendido del entusiasmo con que la gente recibía a Franco. Yo sólo había leído artículos de propaganda y descripciones estereotipadas. Siento no haberme encontrado con él. Yo creo que hay toda una serie de figuras, entre ellas Franco, que esperan su Shakespeare".

Los conquistadores

El personaje de Cristóbal Colón y el papel de los conquistadores españoles son puestos en cuestión en Fuku. Evtuchenko, que "tenía una imagen muy romántica de Colón" en el pasado, se quedó muy sorprendido en Santo Domingo cuando vio que la gente "no quería pronunciar el nombre del almirante por miedo a la mala suerte". La expedición descubridora de Colón fue, para Evtuchenko, "una clara agresión" a las gentes que encontró en las nuevas tierras, ya que "sin saber qué tipo de gente encontraría", Colón se llevó instrumentos para sojuzgar a los indios, y perros especialmente entrenados en Canarias para atacar a las personas", dice. Según el poeta soviético, "Colón tenía una relación fascista con la gente antes de que existiera el concepto de fascismo". Evtuchenko asocia el nombre de Colón a la guerra atómica y aclara que se trata de una metáfora, ya que la llegada de Colón a América supuso "una pequeña Hiroshima para los indios". El nombre de Colón es asociado con la destrucción, la magia negra, el asesinato y la codicia. En uno de sus versos llega a decir que el esqueleto de Colón sacó un brazo de la tumba para apoderarse del bastón de un turista pensando que tenía una arandela de oro. La figura de Colón lleva a una reflexión sobre Latinoamérica que pasa por distintos países y que incluye a Pinochet, Somoza, Che Guevara, y deriva hacia EE UU encontronazo con hijos de emigrantes rusos en Minessotta, sin olvidar a Hitler y el fenómeno del neonazismo. En lo que a la URSS se refiere, dice sobre Stalin que "el que olvide las víctimas de ayer, puede ser la víctima de mañana". Defiende, además, una idea de globalidad que le hace asociar el hambre que pasó de niño en Siberia con el hambre actual en Latinoamérica, y se manifiesta en contra de las fronteras.

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Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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