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IRAK: LA DESTRUCCIÓN DE LA MEMORIA

Los arqueólogos denuncian en la Unesco el "saqueo deliberado" de Bagdad

Los expertos critican la pasividad de las tropas anglo-americanas ante los ataques al patrimonio

Más de treinta especialistas internacionales se reunieron el jueves en París, en la sede de la Unesco, para hacer un primer balance de urgencia de lo ocurrido con el patrimonio histórico-artístico de Irak. Para el director general de la institución, Kochiro Matsuura, es "indispensable hacer todo lo que sea humanamente posible para preservar la herencia cultural iraquí". En Estados Unidos, Martin Sullivan, presidente del Consejo Asesor sobre Patrimonio Artístico de la Casa Blanca, presentó el miércoles su dimisión como protesta por el "evitable e injustificable" saqueo de los museos de Bagdad.

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La gravedad de las pérdidas que ha sufrido el patrimonio cultural durante la guerra en Irak ha producido ya enérgicas reacciones internacionales. Kochiro Matsuura subrayó en la Unesco la urgencia de preservar ese legado cultural porque eso equivale a "salvar la identidad cultural de los hombres", y anunció que iba a solicitar de la ONU un embargo mundial sobre el comercio de obras de arte de Irak y la obligatoriedad de devolverlas al país de origen, organizar pronto el envío de expertos para hacer inventario de lo que se adivina una catástrofe y confirmó que varios países -Italia (400.000 dólares), Francia, Reino Unido, Qatar, Egipto o Alemania- habían comenzado a alimentar "un fondo de urgencia especial para Irak". El director general anticipó también la posibilidad de crear "una policía del patrimonio, que cuidaría de los yacimientos arqueológicos, monumentos y museos, así como de bibliotecas y archivos".

En Washington, informa Enric González, Sullivan, de 59 años y presidente del Consejo Asesor sobre Patrimonio Artístico de la Casa Blanca, lamentó en su carta de dimisión, dirigida a George W. Bush, la inactividad de las tropas estadounidenses durante la destrucción del Museo Arqueológico: "Mientras nuestras fuerzas armadas han exhibido una extraordinaria precisión y prudencia en su despliegue, y aparentemente en su protección del Ministerio del Petróleo y de los yacimientos petrolíferos, se han mostrado impotentes al omitir la protección del patrimonio cultural" iraquí. "La tragedia", siguió, "era previsible y evitable". El director del Museo Walters de Baltimore, Gary Vikan, también dimitió para expresar su rechazo a la pasividad estadounidense ante estos saqueos. "Me sentía obligado a hacer algo", explicó.

Bandas organizadas

En París, alguno de los científicos presentes en la cita de la Unesco, como el americano McGuire Gibson, de la Universidad de Chicago, dio a entender que todas esas medidas llegaban tarde porque, en su opinión, "el robo del patrimonio ha sido planificado" y dijo estar convencido de la existencia de "bandas que desde hace años especulaban con la destrucción de los yacimientos para poder sacar del país miles de piezas importantes". Gibson afirmó que "la colección de tabletas de barro cuneiformes, muestra de la escritura babilónica y sumeria, se ha perdido".

El arqueólogo británico Alex Hunt subrayó que "cuando las tropas protegen el Ministerio del Petróleo y no hacen lo mismo con el Museo Arqueológico de Bagdad eso refleja la actitud de la coalición británico-estadounidense en lo concerniente al patrimonio cultural". La frase de Hunt coincidió con la malintencionada apostilla de Jacques Aillagon, ministro francés de Cultura, que en un artículo publicado en Le Figaro subrayaba también que "para estadounidenses y británicos salvar los tesoros espirituales y culturales de Irak en colaboración con las instituciones internacionales sería uno de los mejores símbolos de una voluntad sincera de ayudar a Irak, un símbolo mucho más fuerte que la mera protección de los pozos de petróleo". Por su parte, el secretario de Defensa de EE UU, Donald Rumsfeld, tras lamentar el pillaje, dijo que "era un acto imprevisible e imparable, como una algarada en un partido de fútbol". Otro británico, Jeremy Black, de la Universidad de Oxford, aseguró que "todo esto hubiera podido evitarse". Se refería a la desaparición de gran parte de los 200.000 objetos arquelógicos del museo de Bagdad o a los pillajes de Mosul. "Las autoridades militares del Pentágono habían sido informadas sobre los lugares que era prioritario proteger". El francés Dominique Charpin, de La Sorbona, recordó que "desde 1998 se habían reanudado las excavaciones en Irak" y comentó que el régimen de Sadam Husein había demostrado interés por el patrimonio "porque eso permitía al poder montar sus construcciones ideológicas, tender puentes entre el dictador y Hammurabi o Nabucodonosor".

Si ciertas piezas de gran tamaño e importancia son reputadas invendibles, no sucede lo mismo con otras miles mal clasificadas o de menor reputación. "Existen grupos muy organizados, especializados en el contrabando, que trabajan por encargo y se sirven de un circuito que pasa por Jordania, Israel, Suiza, París, Londres y Nueva York", explicó Black a partir de su experiencia de seis años de trabajo arqueológico en Irak.

Un iraquí recoge libros de la destruida Biblioteca Nacional de Bagdad.
Un iraquí recoge libros de la destruida Biblioteca Nacional de Bagdad.REUTERS

Seis medidas contra el robo de los bienes culturales

Los expertos reunidos en París establecieron ayer una lista de seis puntos destinada "a los responsables del orden civil en Irak". De entrada reclaman a las fuerzas de la coalición que respeten "los principios de la Convención de La Haya sobre la protección de la propiedad cultural en caso de conflicto armado", convención de 1953 que nunca ha sido firmada por EE UU y Gran Bretaña.

Los seis puntos propuestos por los arqueólogos convocados por la Unesco son:

1. Que los museos, bibliotecas, archivos, monumentos y yacimientos sean guardados y puestos bajo control de las fuerzas existentes.

2. Que quede inmediatamente prohibida la exportación de antigüedades, obras de arte, libros y archivos procedentes de Irak

3. Hacer que entre en vigor de inmediato una prohibición de comercio internacional de objetos provenientes del patrimonio cultural iraquí.

4. Hacer un llamamiento para el retorno voluntario e inmediato de todos los objetos culturales robados o ilegalmente exportados de Irak.

5. Una misión de reconocimiento coordinada por la Unesco hará un informe sobre la importancia de los daños y las pérdidas culturales en Irak.

6. Facilitar los esfuerzos internacionales para ayudar a las instituciones culturales iraquíes.

Algunas personalidades como el director del Metropolitan Museum de Nueva York, Philippe de Montebello, han sugerido la conveniencia de "una amnistía total para los ladrones que devuelvan los objetos". En la misma línea, Charpin distinguió entre el robo "organizado y planificado" y el saqueo hecho por adolescentes y desesperados. Charpin anticipó que "parte de los tesoros del museo podrían estar en los cofres del Banco Central", pero nadie sabe de momento si esos cofres han sido objeto de pillaje. Para Jean Marie Durand, del College de France, "el tráfico de obras de arte iraquíes ya era enorme. Ahora corre el peligro de que sean miles de objetos los que desaparezcan para siempre en colecciones particulares".

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