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Las arquetas históricas donadas por Bartolomé March, repartidas en herencia

Una importante colección de arquetas históricas -más de 100 piezas mudéjares, hispanoárabes, florentinas y sicilianas, del siglo XIV al XVII-, del patrimonio de la Fundación Bartolomé March Servera, de Mallorca, fue repartida en la herencia del mecenas. Una parte de su fortuna ha salido a subasta y la entidad denuncia "la desaparición de bienes" por "sustracciones cometidas" en una "impresionante privatización del patrimonio".

La fundación vive una disputa familiar de patronos, que afloró este mes de julio de 2004. Esta parte de la familia March está desgajada de la Fundación Juan March y la banca. La Fundación March Servera reclama ante un juez a una heredera (Marita March Cencillo) la posesión del goya La duquesa de Osuna. Además, se reclama el tríptico de Biniforani, ejemplar pintura del siglo XV, y las arquetas. El Gobierno balear de Jaume Matas, del PP, ha sido emplazado para que ejerza el protectorado y tutele la integridad del patrimonio público.

Manuel March Cencillo y su madre, Maritín, presidente y vicepresidente la fundación, junto al director, Basilio Baltasar, claman contra "la privatización cometida contra un patrimonio tan notable". Por la salida de la fundación del goya y del tríptico apuntan al bloque de las hermanas Marita y Leonor March y a sus hijos, Bibiana Fierro y Javier Chico, patronos de la fundación, que rechazan la versión. Los cuatro miembros señalados votaron la salida de Manuel March y el cese de Basilio Baltasar, acto que éstos ven irregular.

Dispersión

Un arqueólogo y una historiadora han expresado su alarma ante "la dispersión de la mejor colección de arquetas de España. Además del goya estelar se lamenta la salida del gran tríptico de Biniforani". La arquetas son "elementos de decoración y técnicas refinadas [que] las convierten en auténticas obras de arte", señala el catálogo de 1979. Servían para guardar reliquias, documentos, joyas, tabaco; las usaban en sus viajes reyes, nobles y obispos. Están decoradas con esculturas, esmaltes, carey, estuco, y su estructura era de marfil, ébano, pasta de arroz, cerámica y metales preciosos.

Estos históricos cofres, en 1994 y 1995, fueron vendidos por March a la fundación. Su secretario, Cristóbal Cuart, firmó sendas escrituras y, después, como albacea, dispuso de la colección en el reparto entre herederos. También se "privatizaron" muebles de Adriá Ferrà y series de muebles y cuadros. Las arquetas estaban en el palacio March de Palma, con su biblioteca y muestra de esculturas.

Manuel March, que recibió una de las tres partes filiales de la herencia, al denunciar el caso dice que "no defiende sus bienes personales, sino los fundacionales, por imperativo legal y ético", y asume que la disputa patrimonial -el eventual retorno por sus hermanas del goya, las cajas y el tríptico- "le puede ocasionar perjuicios en su patrimonio personal".

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