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'El canon de los cómics' convierte la historieta en un género narrativo

Especial referencia al dibujo europeo

Ni los mangas ni los clásicos del cómic estadounidense aparecen en El canon de los cómics (Glénat) de los periodistas Ramón de España e Ignacio Vidal-Folch. El libro ofrece un inventario, intencionadamente subjetivo, de obras y autores de historieta que en opinión de los autores representan el mejor cómic. "Aunque el título de la obra parece indicar una visión global, nosotros nos acercamos al cómic desde una perspectiva personal y generacional", explica Vidal-Folch.

, Esta particular visión hace especial referencia al cómic europeo, representado por Hergé, Jacobs, Franquin, Charlier, Goscinny, Hugo Pratt, Lauzier, Franc, Tardi, Giardino y Veyron. En la órbita de los grandes maestros, la representación estadounidense la forman Crumb, Clowes y Bagge. "En Europa, el cómic adulto, es decir, el que intenta explicar una historia coherente, tiene una tradición. En Estados Unidos, quien ha intentado hacer este tipo de historieta ha tenido que romper con una cultura hecha básicamente con las andanzas de los superhéroes", dice Ramón de España.La intención de los autores es responder al cómo, cuándo, dónde y por qué los mejores autores de historietas de todos los tiempos realizaron sus obras. En el prólogo del libro, Vidal-Folch y Ramón de España se comprometen a "proporcionar al lector totalmente indocumentado toda la información precisa para que pueda hacerse con una biblioteca breve con los mejores cómics que han aparecido a lo largo de los 100 años de vida de este medio". Para el lector habitual del cómic, el libro ofrece el aliciente de construir un relato ameno plagado de anécdotas que acercan al lector a la vertiente humana de los dibujantes y guionistas. Una de ellas es la protagonizada por el dibujante Edgar-Pierre Jacobs el día que se presentó en casa de Hergé armado de un bastón para protegerle de los manifestantes que salieron a la calle en contra de los colaboracionistas del régimen nazi en la II Guerra Mundial.

La selección de Canon parte del criterio de considerar la historieta como un género narrativo. "Nuestra intención es que la gente pueda leer un cómic de igual manera que lee un libro o ve una película", explica Ramón de España. Por este motivo, los autores han prescindido de dibujantes excesivamente preocupados por el esteticismo y han incidido en los que han hecho del guión la base de su obra.

El capítulo final de El canon de los cómics está dedicado al grupo de creadores que poseen, según los autores, una obra correcta que en ciertos momentos ha despuntado con destellos de genialidad. Este es el caso, entre otros, de Will Eisner, Ted Benoît, Yves Chaland y de los españoles Carlos Giménez, Vallés, Gallardo y Pere Joan. El libro El canon de los cómics forma parte de la colección Dr. Vértigo, dedicada al estudio, análisis y divulgación de fenómenos de la cultura de masas como el cómic, elcine y la televisión.

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