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Entrevista:STEVEN SODERBERGH | Director | 66º Mostra de Venecia

"El capitalismo es una emoción humana"

Toni García

"Sí, El soplón podría haber tenido otro tono, haber sido un drama pero teníamos un pequeño problema: Michael Mann ya había hecho El dilema y ésta era una obra maestra. No puedo competir con ella. Es tan perfecta en su condición de película sobre un informante que hubiera sido ridículo intentar hacer algo similar. Así que decidimos que si rodábamos un filme sería duro para la gente no reírse de esta historia, absolutamente desquiciada; y que darle ese tono alocado sería lo que conseguiría hacerla relevante, duradera".

Steven Soderbergh (Atlanta, 1963) espera su primera entrevista de la mañana leyendo The International Herald Tribune en el hotel Cipriani, donde también se alojan Matt Damon, protagonista de El soplón, y George Clooney, que pasa por ser íntimo amigo de ambos. El hotel está rodeado de paparazzi en lanchas motoras y la pregunta parece obligada. ¿Ese espionaje le inspira? "No, creo que jamás se me ocurriría producir una película sobre todo esto. Recuerdo que alguien hizo un largometraje sobre el festival de Cannes y nadie fue a verla. No es una buena señal".

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El estadounidense es uno de los pocos directores capaces de atraer por igual a masas en busca de diversión y a cinéfilos sin remedio. Sexo, mentiras y cintas de vídeo, Un romance muy peligroso, Bubble, Ocean's eleven, Schizopolis, Traffic, Erin Brockovich o Che son sólo algunas de entre las dos docenas de películas que han llevado a Soderbergh hasta El soplón, una historia protagonizada por un tipo obsesionado con ser el centro de atención que acaba convirtiéndose en informante para el FBI: "Tenía que ser un filme totalmente subjetivo. Así que Scott [Z. Burns, el guionista] me dijo: '¿Qué te parece que el protagonista hable a través de la voz en off, de que él narre la película pero que eso no te ayude en absoluto, sino al contrario, que lo haga todo aún más confuso?'. Pensé que era una idea grandiosa".

Algunos han descrito este trabajo como una suerte de fábula anticapitalista, pero el realizador estadounidense no lo tiene tan claro: "El capitalismo es sólo una palabra para describir una parte de la naturaleza humana, ni siquiera le adjunto un significado. Es simplemente la expresión de una emoción. Somos competitivos y eso está directamente ligado a la supervivencia. Ahora bien, hemos evolucionado, vivimos en el mundo en que vivimos, así que antes se trataba de matar a un animal y comérselo y ahora se trata de hacer lo propio en el mercado de valores. Una cosa buena de los animales es que no van por ahí pensando: 'Oh, ojalá tuviera lo que tiene ese otro animal de ahí delante' [sonríe]. Lo de comparar tu vida con la de otro ser es algo que sólo le puede suceder a los integrantes de la raza humana; es el ego, el hecho de que seamos conscientes de nosotros mismos. Y esa sensación de querer lo que tienen los demás nunca va a desaparecer. Ningún sistema político va a cambiar jamás eso. ¿Que si el cine puede hacer algo al respecto? Te voy a decir algo: las películas no ayudan en absoluto".

Soderbergh empezó a trabajar en El soplón en 2001. "Entonces le envié el guión a Matt Damon, pero no ha sido hasta hace un año cuando se concretaron los detalles". Dice el realizador: "había algo que me atraía -y que finalmente me llevó a hacer esta película- y que proviene de la creencia de que el personaje es lo más importante en el mundo del cine, que es lo que debe ir primero. Imagínate que quiero hacer una película sobre la Guerra Civil española como tema. Lo primero que debería hacer inmediatamente después de decir eso es buscar quién o quiénes son los personajes que vamos a seguir en ese filme, porque eso es justamente lo que arrastra a la gente a las salas".

El director ve una diferencia crucial entre el típico empleado de una gran compañía y el personaje de Damon, Mark Whitacre: "Éste se siente como en casa en el ambiente corporativo y está dispuesto a hacer cualquier cosa para llegar a la cima, sin importarle el qué. La razón por la que pensé en Matt para hacer el papel de Whitacre es que es un personaje con cualidades muy americanas: la ambición, la energía, el optimismo, y es además un tipo encantador, simpático. La cuestión es que tiene que gustarte incluso cuando su comportamiento empieza a ser realmente extraño. Muy, muy extraño". Y vuelve a reírse.

Steven Soderbergh, el lunes por la noche en Venecia.
Steven Soderbergh, el lunes por la noche en Venecia.EFE
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