_
_
_
_
_
Reportaje:

El "catacroc" como obra de arte

Un diccionario destaca el valor estético de las onomatopeyas en el cómic

En pleno fragor de la batalla, Thor enarbola su imponente martillo Mjolnir, comienza a girarlo con fuerza sobre su cabeza y mientras mira fijamente a su poderoso enemigo, lo estrella contra él con potencia indescriptible. Una escena que bien podría haber sido firmada por el genio de Jack Kirby o Walter Simonson, pero que no sería la misma si no se acompañara de un gigantesco "¡¡KA-BOOM!!" que saliera con fuerza de la página hasta lograr que el lector casi se caiga de la silla. Sin ese "sonido", perdería parte de su épica e impacto.

La onomatopeya, la expresión gráfica de un sonido, forma parte indispensable de la historieta hasta tal punto que es difícil entender el cómic sin ella, convertida en ingrediente indisoluble de un medio donde se ha desarrollado en toda su extensión. Una figura retórica de dicción que Román Gubern y Luis Gasca exploran en profundidad en el Diccionario de onomatopeyas del cómic, recientemente editado por Cátedra en su colección Signo e Imagen.

Escrito por Román Gubern y Luis Gasca, es el primero que se publica en el mundo

El diccionario realiza un amplio recorrido por todas las expresiones fonosimbólicas usadas en la historieta, dando una nutrida selección de ejemplos y la consecuente explicación de su uso. Veinte años después de El discurso del cómic, los dos autores se reúnen de nuevo en una obra de cuidada documentación, que parte del inacabable archivo de imágenes sobre cultura visual de Luis Gasca, figura fundamental en la historia del cine y el cómic, y uno de los principales investigadores de la imagen, cuya colección -una de las mayores del mundo- ha sido adquirida por el centro cultural Koldo Mitxelena de San Sebastián para un futuro centro de estudios de la cultura popular.

Gubern, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Facultad de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los primeros estudiosos de la historieta en nuestro país, desarrolla de forma didáctica y entretenida el tránsito histórico que ha tenido la onomatopeya: "Es una parte fundamental del lenguaje preverbal del niño y todo un universo pre y paralingüístico que ha tenido su máxima función en el cómic y, en menor medida, en la canción".

Iniciada como la simple indicación verbal de una acción o sonido, posteriormente iría complicándose y adoptando nuevas funciones. "Ring", "boom", "crash", "slam" son buenos ejemplos, verbos ingleses que se utilizaban en las historietas anglosajonas como expresión de un sonido y que en su traslado a otros idiomas quedaron sin traducir, incorporándose al medio como expresiones universales que han superado su origen fonético, completamente perdido en otras lenguas.

Siguiendo un estricto orden alfabético, encontraremos diferentes ejemplos de su uso tanto en series de prensa de principios del siglo XX como en obras actuales, pero también cómo lo que inicialmente era una simple ayuda expresiva poco a poco fue imbricándose en el dibujo hasta convertirse en un recurso gráfico de vital importancia para la historieta, que en su evolución artística ha llegado a tener protagonismo en sí mismo: "La onomatopeya se unió al sensograma para tener mucha más fuerza que la estrictamente fonética", comenta Gubern, "adoptando una función puramente sinestésica, que transforma la información visual en acústica". Una figura que llega a tener categoría de arte a partir de su inclusión en las obras de Roy Lichtenstein, en el pop art o en el movimiento de figuración narrativa, sin que eso impida que su verdadera evolución se dé en el cómic, en especial en el americano.

Pioneros como McCay o Herriman sentarían las bases de su uso para que después autores como Jack Kirby, Howard Chaykin o Walter Simonson (o, en Europa, Guido Crepax) explorasen en toda su amplitud la plasticidad y posibilidades de la onomatopeya en las viñetas.

Paradójicamente, la onomatopeya no ha sido objeto de estudio más allá de aproximaciones tangenciales desde disciplinas tan variadas como la antropología, la lingüística o la semiótica, siendo este libro el primer diccionario sobre este tema que se publica en el mundo. Una obra que conforma un espectacular y rendido homenaje al cómic como una de las expresiones fundamentales de la cultura visual del siglo XX.

A la izquierda, dos viñetas de <i>Corto Maltés</i> (1975), de Hugo Pratt; a la derecha, fragmento de <i>La Sombra</i> (1989), de Howard Chaykin.
A la izquierda, dos viñetas de Corto Maltés (1975), de Hugo Pratt; a la derecha, fragmento de La Sombra (1989), de Howard Chaykin.
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_