"El caudillismo en Latinoamérica no se debe a la herencia española"
John Lynch preserva, a sus 80 años, la dinámica investigadora y el entusiasmo por nuevos proyectos. Especialista en la España imperial y el devenir de las colonias latinoamericanas, ha publicado una popular biografía de Simón Bolívar y prepara un monográfico sobre José San Martín, liberador de Argentina. Profesor emérito de la Universidad de Londres, donde fundó el actual Instituto de Estudios Americanos, dirigió la primera serie de Historia de España publicada en el Reino Unido y traducida al castellano por la editorial Crítica. Para esta colección ha contado con colaboraciones de historiadores británicos y españoles. "La investigación, los retos editoriales y verme ante plazos acordados me mantienen en forma", cuenta en un salón de su viejo instituto, en el centro de Londres.
Pregunta. Con San Martín retorna al área de su tesis doctoral.
Respuesta. El Río de la Plata fue el foco de mi primera investigación de posgrado. Era la colonia menos valorada por el imperio español y menos estudiada. Fue interesante descubrir las razones y seguir la evolución de Argentina hasta su independencia. La biografía de San Martín me llevará de nuevo a España. Era hijo de oficiales coloniales españoles, técnicamente criollo, que se alzó como liberador de Argentina, Chile y Perú, y a quien se compara con Bolívar.
P. ¿Considera a Chávez el Bolívar del siglo XXI?
R. Chávez lo evoca como inspiración de su revolución, pero Bolívar nunca pretendió ser un revolucionario social. Fue un reformista, que aceptó la situación internacional y que actuó con deferencia ante el superpoder de su tiempo, Gran Bretaña. Más razón tiene Chávez en proclamarse heredero de Bolívar. Una de sus medidas más controvertidas fue crear una presidencia vitalicia y el derecho a elegir sucesor. Hay indicios de que a Chávez le gustaría ser presidente vitalicio, es un tipo de Bolívar autoritario.
P. ¿Qué paralelismo establece entre la pasada y presente relación de España con sus colonias?
R. España arruinó su oportunidad de mantener buenas relaciones con América Latina negándose a aceptar la independencia de las colonias, acusándolas de rebeldía y tratando de movilizar a las fuerzas europeas en su contra. España tardó mucho tiempo en aprender la lección y las relaciones no mejoraron hasta el posfranquismo. No acepto que la tendencia hacia el caudillismo en países de Latinoamérica esté relacionada con la herencia española. Ésta concluyó con el fin del poder imperial de España.
P. ¿Cómo seleccionó a los historiadores para la colección?
R. Con un único criterio: muy buenos historiadores del ámbito académico y con un reconocido legado en publicaciones sobre historia española. El periodo entre la Guerra Civil y la transición fue la selección más difícil. Mi viejo amigo el profesor José Fontana me recomendó a Javier Tusell, cuya contribución es excelente: un texto factual e interpretativo. Es un libro genial y, en cierta forma, trágico. Estaba muriéndose cuando lo escribió. Admiro su interpretación del periodo. Particularmente cómo interpreta la posición de la Iglesia, argumentando que lideró el camino de la reforma institucional durante la transición.
P. ¿Qué aporta la colección?
P. Las últimas investigaciones de una forma accesible al lector. No quería manuales ni monografías especializadas.
