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"El cine no lo inventaron los Lumière, fueron los pintores"

El director Peter Greenaway presenta en Madrid su nueva película: 'La ronda de noche'

Para Peter Greenaway fueron los maestros de la luz, los pintores barrocos, los que inventaron el cine, en concreto Velázquez, Rubens, Caravaggio y Rembrandt. A este último dedica el director británico su última película, La Ronda de Noche, que ha presentado hoy en España, donde la estrenará el 30 de mayo.

"Rembrandt sería hoy en día un cineasta", ha aseverado hoy el siempre combativo Greenaway, para quien el máximo error del cine es que "se ha basado siempre en el texto y no en las imágenes, algo que deja en clara desventaja a un arte de tan sólo 113 años, frente a los más de 8.000 años de la pintura europea".

En La Ronda de Noche el cineasta desvela los secretos de una de las obras más conocidas del pintor del siglo XVII, la que da nombre al título del filme, y reconstruye parte de la vida del genio holandés, que a los 23 años se convirtió en el pintor más valorado para perder toda su gloria en tan sólo 15 años, algo que explica en parte esta cinta, a través de la lectura histórica del propio Greenaway.

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Y es que el británico considera que "para abordar la Historia o la cultura es importante jugar con la metáfora dramática más que con la realidad, que es efímera y anecdótica", ya que "la Historia no existe, existen los historiadores", ha apuntado.

Rembrandt, interpretado en esta cinta por Martin Freeman, era "un creador de sueños y, a día de hoy, podemos identificarnos con muchos de sus cuadros", ha explicado Greenaway, quien se formó en la pintura antes de iniciarse en el cine y que ofrecerá hoy en el Caixaforum de Madrid una masterclass centrada en ambas artes y que repetirá mañana en Barcelona, en el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC).

De esta forma el director regresa "a su punto de partida" recurriendo a la pintura y recreando el Barroco, corriente que ha influenciado en gran parte de su filmografía, a través de un artista de completa vigencia, ya que "se crió en la primera república demócrata, que era feminista, anti xenófobo, post-moderno -gracias a su irónico distanciamiento- y freudiano -ya que fue el primero en plasmar emociones interiores-".

Que "el cine está muerto" es algo que Peter Greenaway no se cansa de repetir en sus encuentros con la prensa, y fecha esta defunción el 31 de septiembre de 1983, cuando se presentó el control remoto para la televisión.

El séptimo arte, considera, desaparecerá en diez años debido a la pujanza de las nuevas tecnologías que hacen que "la cultura del cine no se viva como en las décadas de los 40, 50 y 60". Pero el galés mantiene la "idea optimista de aprovechar su riqueza", aunque hasta ahora se haya desperdiciado su vocabulario, su lenguaje propio, para emplear en las películas actuales "uno banal y estúpido", opina Greenaway.

La tibia acogida a la saga de Las maletas de Tulse Luper, un proyecto que considera "demasiado avanzado a su tiempo, incomprendido y poco valorado", le ha llevado a caminos más ortodoxos con La Ronda de Noche. Para el director de The pillow book o El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante, el cine es una rama más de la noción de arte multimedia en la que está involucrado y que pasa también por su rol de comisario de museo y de Video-Jockey, faceta con la que proyecta sus grabaciones sobre obras maestras de la pintura, como ya ha hecho con La ronda de noche en el Rijksmuseum de Amsterdam o como hará el próximo año con Las meninas de Velázquez en el Museo del Prado o Guernica de Picasso en el Reina Sofía.

Vídeo: MANGA FILMS
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