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Crítica:MÚSICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Una combinación que engancha

No ha podido empezar con mejor pie el compositor argentino Osvaldo Golijov (La Plata, 1960) su desembarco en España. Digo desembarco porque en un periodo de tiempo breve es el protagonista de la carta blanca de la OCNE, con dos programas sinfónicos y uno de cámara, películas con su música y varias intervenciones públicas en la Filmoteca o en la Residencia de Estudiantes. A partir del verano, su ópera Ainadamar, sobre García Lorca y Margarita Xirgu, se va a representar en Granada, Santander, Oviedo y Madrid. Lo de buen pie es una manera de señalar el éxito que ha acompañado su presentación en el Auditorio Nacional.

Golijov es un compositor que sabe de multiculturalidad, de intercambios entre músicas cultas y populares, de sonidos exóticos, de ritmos latinos. En Youth without youth, primera de sus bandas sonoras para Ford Coppola, utiliza instrumentos como el kemancheh o violín persa, el cimbalón húngaro, el hiperacordeón o el ordenador para configurar un clima sonoro de gran personalidad e impacto.

CARTA BLANCA

Osvaldo Golijov: Youth without youth, Azul, arias y coros de La Pasión según san Marcos. Orquesta y Coro Nacionales de España. Director: Miguel Harth-Bedoya. Auditorio Nacional, 25 de febrero.

Osvaldo Golijov sabe de intercambios entre músicas cultas y populares

La mezcla, el collage, la fusión, se imponen. Golijov es un maestro en el arte de las combinaciones.

La Pasión según san Marcos es la obra con la que Golijov saltó al estrellato internacional. Se trata de la versión americana de un proyecto que implicó también a Tan Dun, Gubaidulina y Wolfgang Rihm, en una recreación del género de las Pasiones, como homenaje a Bach en el 250º aniversario de su fallecimiento. La obra rebosa vitalidad por todos los costados y a ella se incorporan desde alusiones a la petenera de La Niña de los Peines en Quisiera yo renegar hasta una bellísima melodía en gallego, Lúa descolorida, sobre un texto de Rosalía de Castro, que bordó interpretativamente María Hinojosa. Hubo problemas de sonorización en los micrófonos, lo que deslució algunos momentos. Lástima.

Azul es un espléndido concierto para violonchelo y orquesta, con destacada presencia de dos percusionistas y un hiperacordeonista. Los cuatro ofrecieron como propina una pieza del brasileño Heitor Villalobos, de ritmo diabólico, que puso el broche de oro a un concierto refrescante. Dirigió con chispa y empuje el joven peruano Miguel Hart-Bedoya.

Osvaldo Golijov.
Osvaldo Golijov.S. SÁNCHEZ
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