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El silencio de un tenor portentoso
Columna
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El conquistador de masas

Luciano Pavarotti nació en un hogar humilde donde se veneraba el canto, pero hasta los 19 años no pensó seriamente en ser cantante profesional. Debutó en 1961, en el teatro Reggio Emilia, con Rodolfo, de La bohème, que sería su papel fetiche. Tuvo un golpe de suerte al sustituir a Giuseppe di Stefano como Rodolfo en 1963 en el Covent Garden, iniciando su carrera hacia el estrellato. Ese mismo año se presentó en España: La traviata, de Verdi, en el Liceo de Barcelona, y aunque no se prodigó en los escenarios españoles, dejó huellas memorables actuando en las temporadas líricas de Barcelona, Bilbao, Madrid, Oviedo, San Sebastián y Las Palmas.

Un factor clave en su ascenso fue su relación con la soprano australiana Joan Sutherland y su esposo, el director Richard Bonynge, experto en el repertorio belcantista. La voz del joven tenor era ideal para Bellini, Donizetti y el Verdi más lírico, así que decidieron contratarle para realizar una gira por Australia en 1965, que tuvo como preludio su debut en Estados Unidos, en la Ópera de Miami. El éxito fue imparable y en sólo tres años alcanzó la gloria en La Scala de Milán, la Ópera de Viena y el Metropolitan Opera House de Nueva York. Se mantuvo fiel al repertorio de tenor lírico, que fue ampliando en plena madurez con personajes de mayor peso vocal, como Canio, en I pagliacci; Manrico, en Il trovatore; Radamés, en Aida; y Calaf, en Turandot.

En su deseo de conquistar a las masas, apostó por los macroconciertos y logró acortar las distancias entre un tenor y una estrella del rock, consiguiendo una popularidad que supera los marcos operísticos. En junio de 1989 pulverizó las listas de éxito con el recopilatorio Tutto Pavarotti. Se convirtió en el mayor éxito de ventas de una grabación clásica. Y en 1990 llegó otro éxito comercial sin precedentes, el histórico concierto en las romanas Termas de Caracalla, que reunió por primera vez en un escenario a José Carreras, Plácido Domingo y Luciano Pavarotti. La grabación superó los 11 millones de copias y afianzó el fenómeno mediático de Los tres tenores. En 1993 puso en marcha en Módena sus galas a beneficio de los refugiados en el mundo, Pavarotti and friends, en las que compartió escenario con Bono, Elton John, Eric Clapton, Joe Cocker, Sting, Liza Minnelli o B. B. King, entre otras estrellas del pop, rock y jazz.

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