La convención de la Unesco sobre diversidad cultural entra en vigor
Mañana domingo entrará en vigor la convención de la Unesco para la protección de la diversidad cultural. La convención fue aprobada en París en octubre de 2005 pero sólo ahora se ha conseguido que 30 Estados la hayan ratificado, superando así la barrera que determina que el acuerdo sea efectivo. La convención tiene como principal mérito el dejar todo tipo de expresión cultural al margen de las normas y negociaciones de los organismos reguladores del comercio. EE UU e Israel fueron los dos únicos países que votaron en contra, pero por razones diversas. EE UU quería obtener la desaparición de cualquier traba a la difusión de sus productos de entretenimiento, sobre todo música y filmes, así como prohibir las políticas nacionales de subvención a la propia cultura. De los 30 países que ya han ratificado la convención, 27 pertenecen a la organización de la francofonía.
Muerte de la francofonía
Al mismo tiempo, 44 escritores, entre ellos Tahar Ben Jellun, Edouard Glissant, Nancy Huston, Michel Le Bris, JMG Le Clézio, Amin Maalouf, Eric Orsenna, Jean Rouaud y Dai Sitje, han publicado un manifiesto en el que dan por muerta la francofonía, "ese centro desde el que tenía que brillar una literatura franco-francesa" y celebrar que "vuelva el mundo (...) durante tiempo el gran ausente de la literatura francesa". Los premios a escritores franceses de nacionalidad estadounidense, argelina o canadiense como Jonathan Littell (que ya posee la nacionalidad francesa), Assia Djebar o Nancy Huston son síntomas reveladores de la nueva era en la que "la lengua queda liberada de su pacto exclusivo con la nación".
El manifiesto no es del agrado de filósofos como Alain Finkielkraut, que acaba de publicar un libro colectivo dirigido por él sobre el tema, Qu'est-ce que la France? (¿Qué es Francia?) y en el que se pregunta "si Francia tiene que seguir siendo una nación o transformarse en una sociedad abiertamente posnacional". Uno de los candidatos a la presidencia, el conservador Nicolas Sarkozy, ya ha respondido al proponer crear un ministerio dedicado a "la identidad francesa y la emigración".
