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Reportaje:

La doble vida de la fotografía

PHotoEspaña despliega todo el poder de la imagen tratada como documento y como medio de creación artística

Cuando Walter Benjamin sentenció en 1931 que "no el que ignore la escritura, sino el que ignore la fotografía será el analfabeto del futuro", ni en sueños habría presagiado que, ocho décadas más tarde, alguien pagaría más de dos millones de euros por una imagen. Ni tampoco que la tecnología permitiría capturar miles de ellas en tarjetas más pequeñas que una caja de cerillas. Benjamin estaría, sin duda, orgulloso de su augurio.

En la era de la imagen, la fotografía no ha perdido su cualidad de documento. Pero ya nadie duda de que también es un medio de expresión artística de pleno derecho. Una dualidad que estará presente en PHotoEspaña, el mayor festival de fotografía de España, que celebra su undécima edición entre el 4 de junio y el 27 de julio en Madrid. Durante dos meses, instituciones públicas y privadas albergarán 69 exposiciones, 32 en la sección oficial y 37 en el Festival Off, que ocuparán 61 espacios repartidos por museos, galerías, centros de arte y salas de exposiciones (puede consultarse el programa completo en la web www.phedigital.com).

Desde hoy y hasta el 27 de julio se podrán ver 69 exposiciones
La efervescencia en el mercado del arte también ha llegado a las fotos

En esta edición el festival vuelve a tener un tema, Lugar, elegido por el comisario de la cita, el portugués Sérgio Mah. "Lugar es un concepto muy importante en las ciencias sociales, en antropología, en filosofía", explica Mah. "Frente al espacio, que es una dimensión abstracta, lugar es un espacio vivido. Si voy a Auschwitz, lo que importa no es el espacio, sino la historia que sucedió allí", añade.

La agenda de PHotoEspaña incluye un recorrido por la fotografía topográfica contemporánea en la muestra colectiva que agrupa, entre otros, a An-My Lê, Augusto Alves da Silva y Patricia Dauder (Museo de Colecciones ICO); la búsqueda poética de un espacio abstracto de Javier Vallhonrat (Sala Canal de Isabel II); las vistas manipuladas de la costa californiana de Florian Maier-Aichen (Museo Thyssen Bornemisza), o parte del trabajo de la estadounidense Roni Horn en Islandia (Círculo de Bellas Artes).

También hay sitio para los grandes maestros. La sala de exposiciones del BBVA acoge a partir de hoy la serie The home, de Bill Brandt, un retrato cotidiano de la clase obrera inglesa de las décadas treinta y cuarenta del pasado siglo, mientras que la Fundación Santander reúne en el teatro Fernán Gómez-Centro de Arte, más de 200 imágenes realizadas por W. Eugene Smith para la revista Life. El Museo Reina Sofía expone la serie Hotel Palenque, de Robert Smithson, uno de los fundadores del land art.

PHotoEspaña anotó el año pasado 600.000 visitantes. "Tenemos que cuidar a todos estos visitantes", afirma Claude Bussac, directora del festival. Por eso hay que hacer encaje de bolillos y mantener un exigente nivel artístico sin olvidar a los grandes públicos, para quienes se organizan visitas, talleres y actividades.

Para los profesionales, uno de los platos fuertes serán los encuentros que, dirigidos por Joan Fontcuberta, se celebrarán en el Auditorio del Ministerio de Cultura. Boris Groys, Joachim Schmid, Clément Chéroux, Daniel Canogar o Pedro Meyer, entre otros, debatirán, entre el 5 y el 7 de junio, sobre el futuro de la fotografía.

Los coleccionistas en España han tardado en reconocer la fotografía como un medio artístico. "Sólo en los últimos 10 años los clientes se han dado cuenta de que no podían obviarla", señala la galerista Oliva Arauna. "También han contribuido las cifras que se han pagado por fotografías. Después de comprobar los precios que han alcanzado fotos clásicas del siglo pasado, ya no se pueden negar a comprar fotografía actual", añade.

Y es que, desde comienzos de esta década, las subastas se han saldado, martillazo a martillazo, con cifras que quitan la razón a los escépticos. El alemán Andreas Gursky tiene el honor de ser el autor de la fotografía más cara de la historia, 99 Cent II Diptychon (2001), vendida el año pasado por 3,34 millones de dólares (2,14 millones de euros). Y la tónica parece continuar. Las ventas de fotografías realizadas por Sotheby's en abril en Nueva York se anotaron nuevos récords. Pero no es necesario aspirar a comprar una imagen de Steichen, un Man Ray o un Gursky para acceder a una buena fotografía. "A partir de 3.000 euros es posible encontrar una buena", indica Arauna. Frente a la obra única de pintura o escultura, una fotografía se considera original hasta en tiradas de 25 copias.

Fotografía <i>#50</i> (2003), de Javier Vallhonrat.
Fotografía #50 (2003), de Javier Vallhonrat.
Imagen de<i> Malibu south</i> (2004), de Florian Maier-Aichen.
Imagen de Malibu south (2004), de Florian Maier-Aichen.
Fotografía <i>Sin título</i> (1950), de W. Eugene Smith.
Fotografía Sin título (1950), de W. Eugene Smith.
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