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La justicia suiza concede a Polanski la libertad bajo fianza

El cineasta pagará tres millones de euros y será sometido a vigilancia electrónica

La defensa del cineasta Roman Polanski consiguió algo que parecía ya casi imposible: la libertad bajo fianza para el director franco-polaco, detenido hace dos meses en Suiza por la violación de una niña de 13 años ocurrida en Los Ángeles en 1977. Sobre Polanski pesa una orden de extradición emitida por Estados Unidos.

El Tribunal Penal Federal de Bellinzone (en el sur de Suiza) decretó ayer que el realizador podrá salir de prisión previo pago de una fianza de 4,5 millones de francos suizos (unos 3 millones de euros). El tribunal estima que esa cantidad, junto con otras medidas cautelares, es suficiente para evitar el riesgo de fuga mientras espera una resolución sobre su extradición a EE UU. La decisión final compete a la Oficina Federal de Justicia cuyo portavoz, Folco Galli, declaró ayer que se tomará una decisión "rápidamente". La titular del departamento, Eveline Widmer-Schlumpf, declaró que "no hay razón para recurrir la decisión del Tribunal Penal Federal". Además de pagar la fianza, Polanski deberá entregar su pasaporte y aceptar un dispositivo de vigilancia electrónica para continuar bajo arresto domiciliario, previsiblemente, en su chalé de la estación de esquí de Gstaad. De momento, y siempre según las autoridades suizas, el realizador de La semilla del diablo sigue en su celda de la prisión suiza de Winterthur.

La titular de Justicia suiza considera que "no hay razón para recurrir la decisión"
El director esperará la resolución de su extradición en su casa de Gstaad
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Suiza da luz verde a la libertad bajo fianza de Polanski
Polanski, trasladado a un centro de detención

Polanski, de 76 años, es fugitivo de la justicia estadounidense desde 1977. Se le acusa de haber mantenido relaciones sexuales con una adolescente de 13 años durante una sesión fotográfica en casa del actor Jack Nicholson. Polanski reconoció los hechos y pasó 42 días en prisión antes de darse a la fuga ante la posibilidad de que el juez encargado del caso fuera especialmente severo en su condena.

El cineasta fue arrestado en el aeropuerto de Zúrich el sábado 26 de septiembre, a su llegada a Suiza para recibir un premio honorífico por el conjunto de su carrera en el marco del Festival Internacional de Cine de esa ciudad. Desde un primer momento, la detención puso en evidencia vivas divergencias en el seno del Consejo Federal, o Ejecutivo suizo. Mientras la titular de Justicia, Evelyne Widmer-Schlumpf, alegó haber actuado según una orden de detención internacional emitida por un juez de California, la ministra de Asuntos Exteriores, la socialista Micheline Calmy-Rey, lo calificó de "falta de tacto".

Según ha sostenido Widmer-Schlumpf, Suiza actuó en conformidad con un tratado de extradición firmado con Estados Unidos. Las autoridades suizas informaron de la llegada a Zúrich de Polanski a sus homólogos estadounidenses. El 23 de septiembre, Washington confirmó la solicitud de detención con vistas a una extradición.

Al mismo tiempo, la opinión pública se ha dividido entre una intelectualidad que apoya sin fisuras al cineasta y quienes lo consideran, sencillamente, un violador y pedófilo.

Imagen del chalé propiedad de Roman Polanski en Gstaad, según el diario suizo <i>Blick.</i>
Imagen del chalé propiedad de Roman Polanski en Gstaad, según el diario suizo Blick.EFE
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