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La escritora Kitty Fitzgerald construye en 'Pigtopia' una fábula sobre la amistad

Aurora Intxausti

Ensalza la diferencia, la amistad, las relaciones entre los seres humanos... y lo hace a través de la palabra en Pigtopia (Mondadori). Kitty Fitzgerald (Clonmel, Irlanda, 1946) inicia su tercera novela presentando al protagonista, Jack Pulm, con esta contundente frase: "Mamá dice que mi papá era el rey de todos los cerdos, un enorme y sucio cochino que la tomó por la fuerza y luego se largó al trote hacia las tierras altas cuando comprendió lo que había engendrado".

La autora, que ha pasado la mayor parte de su vida escribiendo guiones para radio y cine y obras de teatro, optó hace seis años por crear un mundo en el que los cerdos tuviesen un papel protagonista. "Cuando era estudiante trabajé en una granja de cerdos y establecí una relación muy especial con ellos, son animales que no se diferencian tanto de los humanos. Luego, en un viaje en tren, vi a un joven discapacitado que cuando pasó junto a una piara de cerdos se le iluminó la cara. Esos dos elementos fueron básicos para construir años después Pigtopia", apunta Fitzgerald durante la presentación de su trabajo en España.

La novela descubre la historia de Jack Plum, un ser entrañable aquejado de una deformidad que le aparta de la vida cotidiana. Con una madre alcohólica y un padre desaparecido, Jack cuida de una piara de cerdos a los que considera tan inteligentes como los seres humanos, aunque menos crueles. Un día conoce a la joven Holly y surge entonces una amistad inolvidable y hermosa, que simboliza de algún modo la inocencia infantil.

Metáfora

Un trágico suceso les obligará a ambos a enfrentarse a un asunto escalofriante, lo que les supondrá a ambos el despertar despiadado a la madurez. "Jack es una metáfora de lo que es la diferencia. A los seres humanos nos suele resultar un poco complicado relacionarnos con aquellos individuos que por razones físicas o psíquicas están en un mundo alejado del que estamos inmersos. Cuando descubres la realidad de aquellos que son diferentes sientes la necesidad de rendirte ante ellos", puntualiza Fitzgerald.

La escritora no ha podido volver a comer la carne de cerdo desde que escribió la novela. "Cuando terminé la novela me fue prácticamente imposible, y un día que me metí un trozo en la boca terminé en el hospital. La carne de los cerdos creo que en sabor y en apariencia es bastante parecida a la de los humanos. A mí después de haber escrito sobre Jack me resulta impensable llevarme un trozo de ese tipo de carne a la boca. Aunque espero que a mis lectores no les pase lo mismo".

Kitty Fitzgerald reconoce que el aspecto más difícil del proceso narrativo de Pigtopia fue crear un lenguaje especial para Jack. "Hasta que tuvo voz propia en la novela, sólo había tenido como referencia las conversaciones que imaginaba con su padre o los constantes insultos que emitía su madre".

Kitty Fitzgerald, ayer en Madrid.
Kitty Fitzgerald, ayer en Madrid.BERNARDO PÉREZ
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Sobre la firma

Aurora Intxausti
Coordina la sección de Cultura de Madrid y escribe en EL PAÍS desde 1985. Cree que es difícil encontrar una ciudad más bonita que San Sebastián.

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