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Reportaje:

Un estudiante contra China

Dong Yanbin lleva al Gobierno y a un cine ante los tribunales por mutilar 'Lust, caution', de Ang Lee, y vulnerar así sus derechos como consumidor

El Gobierno chino ha vuelto a tratar a los aficionados al cine de su país como a niños. El director taiwanés Ang Lee lo ha aceptado sin mucha resistencia. Pero algunos espectadores han enfurecido. Dong Yanbin, un estudiante de doctorado de la Universidad de Ciencias Políticas y Derecho de Pekín, ha llevado a los tribunales a los cines UME Huaxing y a la Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión por haber infringido sus derechos como consumidor. Se ha sentido engañado tras ver en una sala de la capital Lust, caution, la última película de Ang Lee, que se estrenó el 1 de noviembre en China censurada con el beneplácito del director.

"Me sentí realmente decepcionado. Comparada con el original de Eileen Chang

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[autora de la novela en la cual está basada], la estructura incompleta de Lust, caution y el retrato fragmentado de la psicología de la protagonista hacen difícil para la audiencia apreciar el arte de la cinta", ha asegurado Dong, según el diario Tiempos de Pekín.

El denunciante ha pedido tanto al organismo censor chino como a UME Huaxing -el cine donde asistió a la proyección tras pagar 50 yuanes (4,6 euros)- que le ofrezcan disculpas y le compensen con 500 yuanes (46 euros) por "daños morales". Según afirma, la exhibidora ha violado el "derecho al comercio justo", mientras que el organismo estatal ha dañado "el interés público de la sociedad" al no haber creado un sistema de clasificación, que habría permitido a los adultos disfrutar de la obra sin amputaciones.

El tribunal pequinés ha requerido a Dong, para aceptar la demanda, que presente la prueba de que la película fue cortada. En otras palabras, la versión íntegra de la cinta. Lust, caution, que ganó el León de Oro del Festival de Venecia el pasado septiembre, ha llegado a las pantallas chinas con un tijeretazo de nueve minutos, según la base de datos online IMDb. En Estados Unidos, ha sido prohibida a los menores de 17 años.

La cinta narra la historia de un grupo de jóvenes patriotas que trama un complot para asesinar al jefe del servicio de inteligencia aliado de los japoneses en Shanghai durante la II Guerra Mundial. La versión original incluye escenas de alto contenido sexual entre la joven espía Wang Jiazhi (la actriz china Tang Wei) y un tal señor Yee, interpretado por el popular actor de Hong Kong Tony Leung; más de lo que los tradicionales dirigentes chinos permiten a los ciudadanos ver en los cines. Las películas que se proyectan allí deben ser aptas para menores.

"Las autoridades me han dicho que, dado que no hay un sistema de clasificación en el continente

[es decir, China excluido Hong Kong], tendré que cortar", dijo en septiembre Ang Lee. El cineasta aseguró que ha preferido hacer el trabajo él mismo, por respeto al público chino y con objeto de proteger la integridad del filme. "El espíritu de la película permanece y el ritmo narrativo no ha resultado afectado. Para quien no haya visto la versión original, la versión corta sigue siendo razonable", afirmó.

El director chino Jia Zhangke, ganador del mismo galardón en Venecia el año pasado por Still life, ha calificado de "una pena" los cortes en la película de su colega, y ha pedido con urgencia la puesta en marcha de un procedimiento que permita a "los espectadores mayores de 18 años disfrutar de las versiones completas". La actriz Gong Li presentó en marzo pasado una propuesta al organismo consultivo del Parlamento para que sea introducido dicho sistema. Y hasta los vendedores de la versión pirateada de la película, que se vende por un dólar, advierten de que su copia no es la íntegra e instan a esperar unos días hasta que consigan copiar la versión original.

A pesar de la censura, Lust, caution lleva camino de convertirse en una de las cintas más taquilleras en China este año. Desde su estreno hace dos semanas ha recaudado 90 millones de yuanes (8,3 millones de euros). Pekín ejerce un fuerte sistema de control en la industria cultural y del ocio. Entre las cintas que han pasado bajo el bisturí de los censores antes de poder ser proyectadas está La sonrisa de Mona Lisa (2003), de Mike Newell. La censura es también corriente en los libros y en los conciertos de grupos de rock.La película ha sufrido un tijeretazo de nueve minutos "El espíritu del filme permanece y el ritmo no ha cambiado", se defiende el director

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