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Los falsos turistas que quebraron el cerco de Vaticano

Varios técnicos de la película 'Ángeles y demonios' toman de incógnito miles de imágenes de la Santa Sede para evitar el veto papal sobre el rodaje

El Vaticano dijo que no. Que en sus calles no se iba a rodar la precuela de El código da Vinci, ese taquillazo mundial que ponía en solfa a la iglesia católica. Pero se da la circunstancia de que la película, titulada Ángeles y demonios, sucede en la urbe de la Santa Sede, así que los productores recurrieron a un ardid: disfrazaron a sus cámaras de turistas, según informa el diario británico The Guardian. De esta guisa, los técnicos eludieron el veto y tomaron cerca de 250.000 fotografías y filmaron horas de metraje.

Con todo ese material recopilado de manera subrepticia, el equipo de la película recreó digitalmente muchos de los edificios papales, así como columnatas toscanas, fontanas y monumentos de la plaza de San Pedro. Todo para escenificar con fidelidad el ambiente de la novela homónima de Dan Brown, autor de las dos novelas superventas que han inspirado las películas.

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"El veto sobre el rodaje nos puso en un aprieto porque no podíamos llevar a cabo los estudios fotográficos necesarios para reconstruir los escenarios", ha señalado el supervisor de efectos especiales Ryan Cook a la revista de cine italiana Ciak. "Así que durante semanas enviamos a un equipo que se mezcló con los turistas y captó miles de fotos y metraje de vídeo".

Fue necesario hacer trampa, según los productores. A los líderes de la iglesia católica aún les escocía que en El código da Vinci se afirmara que Jesucristo se casó y tuvo hijos con María Magdalena, por lo que prohibieron a los productores que rodaran en cualquiera de las iglesias de Roma o en sus alrededores. "Normalmente, leemos los guiones, pero esta vez no hizo falta; el nombre de Dan Brown fue suficiente", declaró entonces el padre Marco Fibbi, portavoz de la diócesis de Roma.

El propio director de la cinta, Ron Howard, sugirió el pasado diciembre en el programa televisivo estadounidense Shootout que su equipo se había visto obligado a emprender medidas extraordinarias debido al veto. "Oficialmente no hemos rodado en el Vaticano. Pero las cámaras se pueden reducir mucho", explicó.

La nueva película está protagonizada de nuevo por Tom Hanks, que da vida al especialista en simbología Robert Langdon, que se ve envuelto en una carrera contrarreloj para evitar que una siniestra sociedad secreta, los Illuminati, destruya el Vaticano mediante una tecnología que emplea la antimateria. Junto a Hanks intervienen Ewan McGregor y Stellan Skarsgard.

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