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Tres de los más famosos pinchadiscos buscan transmitir la emoción del "tecno"

Jeff Mills, Laurent Garnier y Carl Cox se presentarán en varias ciudades españolas

La música tecno, con su interminable gama de variaciones, se ha ganado ya un lugar entre las artes de nuestro tiempo, aunque hay quienes sostienen que se trata de una moda pasajera. Tres de los más influyentes pinchadiscos del mundo están de gira por España. El norteamericnao Jeff Mills, el francés Laurent Garnier y el británico Carl Cox. Un trío de ases que algunos han dado en llamar los tres tecnores. Mills y Cox no dudan de que el tecno está aquí para quedarse y que, pese a la frivolidad de la vida alrededor de la pista de baile, es una expresión musical de profundo calado.

El mundo de la pista de baile, los clubes y discotecas, tiene mucho de brillos, de pose y de exhibicionismo. Hay pinchadiscos que son verdaderos muestrarios de la estética que defienden. Buena parte del público que milita en el mundo dance también lleva a rajatabla sus signos de distinción. Pero Jeff Mills no es de esos. Este hombre callado y discreto, que viste colores sobrios, se siente intrigado, pocas horas antes de empezar, ante los bailarines que le tocarán en Madrid, donde se presentó el pasado jueves. Porque el secreto de su éxito reside en eso, en captar cómo son, qué los mueve y qué esperan. "Hasta donde yo sé, el público de Madrid es distinto al de Barcelona. Voy a tener que plantearme por dónde ir y eso es algo que sólo tendré claro 10 minutos antes de empezar". La sesión empezó las tres de la madrugada y la sala estaba llena de ansiosos aficionados que querían ver al legendario pinchadiscos de Detroit.

Psicólogos y "gurus"

Quizá se sentía demasiado expuesto en un escenario. A Jeff Mills le encanta ver a la gente en la pista de baile, pero no le gusta demasiado verse rodeado de curiosos mientras él pincha y se mueve con cautela y precisión entre los 220 discos que lo acompañan por el mundo. "Yo estoy ahí para pinchar música y que la gente baile, no para que me miren, y eso a veces entorpece la comunicación. Debes saber leer a la gente", insiste Mills. "Para cada una de las reacciones del público conozco en cada momento, al menos, dos discos con los que puedo continuar. Estoy por delante de los demás en ese sentido y eso es lo más importante". Lo que Mills, Garnier y los pinchadiscos hacen es precisamente percibir el ánimo de la gente y hacerlos bailar al ritmo de su propuesta musical. "Cuando voy de Dj procuro trabajar con la gente, crear distintas sensaciones a través de la música. A veces se trata de darles algo crudo y duro, empujarlos más lejos y así llegar a algo más fuerte y profundo en lo musical. Es lo que hace aflorar los sentimientos".Hay quienes acusan al tecno de no transmitir emociones. Laurent Garnier salta a la defensiva. "Se puede encontrar música clásica con mucha emoción y música clásica sin ninguna emoción. Lo mismo pasa en el rock. Todo depende de la persona. Creo que el tecno puede transmitir tanta emoción como la música clásica, el reggae o el jazz". "La música, en general, es un reflejo del artista", afirma. "Es un lenguaje sin palabras que comunica a otros cuerpos un mensaje. La música es un arte para mí, y creo que mi música va a durar mucho más de lo que viva yo. El tecno no es una moda pasajera. Ha pasado el punto en que se ha convertido en una forma de arte, con su estructura y su significado, color y textura".

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