_
_
_
_
_
Análisis:El futuro de la lidia
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La fiesta ya era cultura

Antonio Lorca

De pronto, los toros se han convertido en un bien de interés cultural. De pronto, los políticos, al acecho del oportunismo, se han lanzado al ruedo cual espontáneos avezados en la pesca de ganancia en el río revuelto de los enfrentamientos taurinos.

Pero la fiesta de los toros no está necesitada de etiquetas. El toreo es cultura desde que forma parte de las entrañas mismas de la sociedad española; desde que Pedro Romero irrumpiera en Ronda; desde que Lagartijo y Frascuelo compitieran en el ya lejano siglo XIX; desde que Joselito y Belmonte se erigieran en héroes inmaculados de la edad de oro; desde que Rafael el Gallo derrochó genialidad dentro y fuera de los ruedos; desde que nació, vivió y murió Ignacio Sánchez Mejías para inspirar a García Lorca; desde que Chicuelo inventara la faena de muleta; desde que Manolete y Pepe Luis resucitaran la fiesta tras la guerra civil; desde que Domingo Ortega, Marcial Lalanda, Luis Miguel Dominguín, Carlos Arruza, Manolo González, Rafael Ortega, Antonio Ordóñez, Antonio Bienvenida, Paco Camino, Diego Puerta, Rafael de Paula, Curro Romero, Morante de la Puebla, José Tomás... y tantos otros toreros, antes y después de éstos, supieran gustar y gustarse ante un toro bravo y noble. La fiesta es cultura desde que subyugó a toda una pléyade de artistas con la sensibilidad a flor de piel, pintores, músicos, cineastas, escultores, escritores, poetas... Ahí es nada, Miguel Hernández como escritor de biografías toreras... Es cultura desde que la evolución de la tauromaquia consiguió transmutar el dominio en arte, y nació la gracia sevillana, cimentada en la inspiración artística de un chispazo imprevisto.

Más información
Los barones del PP invaden el debate sobre la fiesta de los toros

La fiesta no necesita etiquetas culturales porque rebosa expresividad, y es el espejo de una historia, y del modo de sentir de una mayoría a lo largo de más de dos siglos.

El toreo necesita respeto y protección para el toro, tan vapuleado; para el toreo, tan comercializado; para el rito, tan degradado; para el torero, tan acomodado; para el público, tan desorientado. El toreo necesita autenticidad, honradez, integridad y sentido de la responsabilidad.

Cultura ya era, a pesar, precisamente, de los políticos, que, ahora, al albur del debate catalán, se acuerdan de Santa Rita. A buenas horas...

El debate sobre la prohibición de las corridas de toros que se ha iniciado en el Parlamento catalán ha traspasado ya las fronteras de esta comunidad y parece que va camino de convertirse en un nuevo motivo de enfrentamiento entre gobiernos regionales.Vídeo: AGENCIA ATLAS
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_