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Reportaje:

El inevitable retorno del faraón

El mundo de la egiptología valora la vuelta al poder de Zahi Hawass

La noticia del regreso de Zahi Hawass a su posición de máximo responsable de las antigüedades egipcias no ha sorprendido al mundo de la egiptología que en general está de acuerdo en que en la actual situación ese retorno, de resonancias tan pertinentemente cinematográficas (como una momia ha vuelto de entre los muertos -políticos-), era inevitable e incluso imprescindible. El nombramiento, en cambio, no ha sido bien recibido por los que lucharon en las calles para erradicar un régimen corrupto del que, en uno u otro modo, Hawass formó parte. Tampoco entre los de la profesión que, fuera pero sobre todo dentro de Egipto, se han mostrado críticos estos días de interludio con el personaje; y para ellos previsiblemente el Indiana Jones egipcio, que vuelve a ponerse el sombrero, reserva el látigo.

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"¡Ha vuelto!", exclama la egiptóloga Carmen Pérez Die, directora de las excavaciones en Heracleópolis Magna, que este año no han podido desarrollarse por culpa de la inestabilidad política egipcia. "No me ha sorprendido nada. En realidad, cuando vi que su puesto quedaba vacío y todas las cuestiones sobre antigüedades quedaban paralizadas por falta de interlocutor ya imaginé que acabaría regresando". La egiptóloga considera: "En el fondo es lo mejor. Hawass conoce la situación y en este momento es necesario poner orden y ofrecer seguridad".

La agencia oficial de noticias MENA anunció ayer el (re)nombramiento de Hawass como ministro de Antigüedades, un cargo que fue creado para él y que ya había ostentado brevemente después de ser nombrado por el depuesto presidente Mubarak en los estertores de su mandato. Hawass vuelve tras haber caído como miembro del corrupto gobierno y ser vilipendiado a diestro y siniestro hace apenas un mes. Su oficina en el Consejo Superior de Antigüedades, donde ha sido secretario general la última década, confirmó ayer que el famoso hombre del sombrero ha aceptado el cargo de ministro otra vez. Muchos en Egipto piden ya una nueva dimisión; otros claman qué clase de democracia recupera a uno de los hombres del régimen.

Desde el punto de vista práctico, no parece que hubiera alternativa al regreso de Hawass. Lleva tanto tiempo en el trono de las antigüedades que ha laminado a cualquier posible sucesor. Constituye además un capital enorme, quizá irrenunciable, para Egipto por sus contactos internacionales y por su inmensa popularidad en todo el mundo. Es el interlocutor de referencia, se quiera o no. Nadie hace las reclamaciones como él, con esa rabia, ni es capaz de vender tan mediáticamente requetebién pirámides y tumbas, digan lo que digan los sabios.

Parece claro que el nuevo Gobierno egipcio, alarmado por las noticias de desórdenes en yacimientos y museos -que en parte ha hecho circular, manipulándolas a su gusto, el propio Hawass (por cierto, han sido recuperados 12 objetos de los 54 perdidos del Museo Egipcio de El Cairo, aunque no los más importantes)-, ha decidido echar pelillos a la mar y olvidar las posibles corruptelas y sobre todo la amistad con los Mubarak de Hawass. Al cabo, el egiptólogo es un hombre que nunca se ha mostrado ambicioso en el terreno de la política real. Él seguirá a lo suyo, que es la arqueología y la gestión personal de los monumentos y tesoros egipcios, lo que le ha convertido en el egipcio más universal después de Tutankamón y con permiso de Omar Sharif.

Para el egiptólogo madrileño José Manuel Galán, director de excavaciones en Dra Abu el Naga, en la necrópolis tebana, más que de cobras egipcias hemos de hablar de "culebrón a la venezolana" que es lo que le recuerda este asunto. "He sido siempre bastante partidario de Hawass a pesar de su peculiaridades, y sobre todo en este momento de crisis hace falta una personalidad fuerte capaz de llevar las riendas del patrimonio. Las tres semanas de vacío de poder tras su dimisión han sido muy malas para el Servicio de Antigüedades, y para las antigüedades egipcias en general. Incluso muchos de los detractores de de Hawass reclamaban que volviese. El panorama está hecho un caos, muchos yacimientos en precario y sin seguridad, muchos jefes locales del Servicio desconcertados", enumeró con tono digno de la Estela de la Restauración.

Para Galán, Hawass es garantía de estabilidad. ¿Habrá represalias? "No lo sé, ahora lo importante es volver a la normalidad y ofrecer seguridad. El año que viene hay congreso de egiptología en El Cairo y no lo imagino sin él. Significativamente, las misiones extranjeras se han mantenido al margen, muy discretas, evitando en general criticar abiertamente a Hawass. Se veía venir que regresaría".

Galán considera que Hawass no está tan mal visto en Egipto. "Siempre que uno tiene muchos partidarios tiene también muchos detractores. Depende de los sectores. Entre la gente que yo trato, capataces, obreros o jefes de servicio, tiene muchos partidarios. Creo que también entre los egipcios medios: ha hecho mucho por el país, incluso su papel de showman ha sido positivo. Es como Nadal para España".

Hawass, en la puerta del Museo Egipcio de El Cairo.
Hawass, en la puerta del Museo Egipcio de El Cairo.KARAM NASSER (APA)
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