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La justicia deja en suspenso el polígono que amenaza Numancia

La sentencia declara nula la expropiación de terrenos de la familia Marichalar

Elsa Fernández-Santos

La construcción del polígono industrial Soria II ha recibido un nuevo revés por parte de la justicia. Ayer se conoció la sentencia que el pasado 14 de enero firmó el juez Carlos Sánchez Sanz, del Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Soria, y en la que se declara la nulidad del acuerdo del Ayuntamiento de Soria para aprobar la expropiación de los terrenos (concretamente 117 hectáreas) a la familia Marichalar para construir en ellos una nueva zona industrial.

"La expropiación vulneraba las normas sobre patrimonios de suelo, las normas medioambientales y las de patrimonio cultural", señaló ayer un portavoz de la familia Marichalar, para quien esta nueva sentencia (la segunda en los últimos meses que frena el proyecto) ratifica que en Numancia no se puede construir porque supone un irreparable atentado al patrimonio paisajístico, cultural, histórico y arqueológico.

Las academias de Bellas Artes y de Historia expresaron su preocupación

Supondría una "catástrofe", aseguran los detractores del plan, para lo que hoy queda del lugar que Escipión el Africano recorría triunfal en el 134 antes de Cristo. Un paisaje de lomas, llanos y bosque cruzado por los ríos Duero y Tera que ahora defienden instituciones como las reales academias de Bellas Artes y de la Historia, el Departamento de Historia Antigua de la UNED, la Sociedad Española de Estudios Clásicos o el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS). Todos ellos han manifestado su preocupación por los daños irreversibles que acarreará la construcción de un nuevo polígono. "Sobre todo", añade el portavoz de la familia Marichalar, "cuando Soria ya cuenta con Valcorba, que tiene unas reservas de suelo industrial para 30 años".

El acuerdo municipal original se remonta a junio de 2005. Entonces, el Ayuntamiento gobernado por el PP y la Junta de Castilla y León, de igual signo político, firmaron el acuerdo (a través de la empresa de la Junta Gesturcal) para la creación de una nueva zona industrial en suelo público. En 2006 se aprobó el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) sin que se incluyera Soria II, pero pocos días antes de las elecciones municipales de 2007 se introdujo una modificación del plan que sí permite su construcción. Unos meses más tarde se aprobó la expropiación a los Marichalar.

El fallo hecho público ayer se fundamenta en el de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (Burgos) que anulaba a finales de diciembre dicha modificación del PGOU aprobada por el Ayuntamiento y la Junta nueve meses después de haber culminado la revisión del anterior plan. Además, este juzgado ya había dictado dos autos acordando suspender cautelarmente la expropiación de los terrenos. "Es indudable", señalaba el dictamen, "que existe un interés general en proteger todo el entorno de Numancia que podría quedar irreversiblemente dañado con la ejecución inminente de las obras del futuro polígono industrial Soria II".

Según informe elaborado por la propia empresa de la Junta de Castilla y León, Gesturcal, la construcción del polígono Soria II afectaría a siete Bienes Declarados de Interés Cultural: el yacimiento de Numancia y el Cerco Romano de Garray, el casco antiguo de esa ciudad, la margen izquierda del río Duero, el claustro de la iglesia de San Pedro, la iglesia y el claustro de San Juan de Duero y su muralla medieval. También afectaría a edificios singulares y zonas de protección arqueológica como el puente sobre el Duero, Nevero, San Millán, Santa María del Puente, el monasterio de San Agustín, así como una casa particular de los siglos XVI y XVII.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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