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Reportaje:Festival de Sitges

La lógica de lo fantástico

Piedrahita y Sopeña debutan en el cine con 'La habitación de Fermat'

La conjetura de Goldbach, uno de los problemas sin resolver de mayor antigüedad en la historia de las matemáticas, es el MacGuffin de La habitación de Fermat, debut cinematográfico de Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña, proyectado en la sección competitiva del certamen de Sitges.

Si, según Goldbach, todo número par mayor que dos se puede expresar como la suma de dos números primos, según los cineastas bastan una habitación capaz de estrechar sus paredes y cuatro personajes encerrados para articular una sofisticada ración de entretenimiento. Los debutantes no tendrán que esperar tanto como el matemático para ver demostrada su premisa: su película mantiene en vilo al espectador y logra que su situación límite esquive la monotonía. "Queríamos que el espectador entrase en el juego de descubrir si el asesino es el mayordomo", subraya Sopeña, "todas las piezas están delante desde el principio, como en una novela de Agatha Christie, para quien quiera detectar las pistas".

Cómplices desde su encuentro en la Universidad de Navarra, Piedrahita y Sopeña han trabajado juntos en programas televisivos como El club de la comedia, Nada por aquí y El hormiguero. Su debut delata su compartida pasión por los juegos de lógica, aunque ellos se reconozcan gente de letras. "Los matemáticos combinan una enorme pasión con la naturaleza extremadamente cerebral de su trabajo", añade Piedrahita, "la mayoría de ellos alcanzan sus mejores logros en la juventud, porque el ímpetu y la falta de conciencia les llevan a hacer las formulaciones más arriesgadas".

Alejo Sauras, Lluís Homar, Federico Luppi, Elena Ballesteros y Santi Millán integran el reparto de esta comedia culterana, que tiene muchos números -y nunca mejor dicho- para gustar al gran público, aunque quizás le falle algo de cálculo -y riesgo- para perdurar en la memoria. En la sección Premiere pudo verse Aparecidos, debut del sevillano Paco Cabezas, que incluye una escena donde los personajes debaten si en el cine de terror tienen que primar "las tetas o la trama". Cabezas opta por la trama, pero se revela demasiado osado al abordar, en clave fantástica, un tema tan delicado como el de los desaparecidos en Argentina. Su película apunta maneras, pero la lógica interna que exige el género se fractura más allá de lo prudente.

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