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Crítica:FERIA DE ABRIL | La lidia
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El maestro está triste

Antonio Lorca

Luis Francisco Esplá vino a despedirse a Sevilla después de quince años de ausencia y se fue sin decir adiós. Pero, hombre... El maestro estaba triste, sin duda, o era víctima de una mala digestión. Pero el mal semblante se le notaba, y no se supo si es porque se va definitivamente o porque ya no volverá a pisar el ruedo sevillano. Sea como fuere, qué despedida más desangelada, qué rara... La verdad es que siempre se ha dicho que los toreros son raritos.

Y mire usted que Sevilla se portó bien. Después de tan prolongada ausencia, va y lo saca a los medios al finalizar el paseíllo para dedicarle una cariñosa ovación. Hay quien dice, sin embargo, que quien tenía que haber aplaudido era él por permitírsele que se despida de una plaza donde se le conoce poco; pero dejémoslo ahí. A partir de entonces, era lógico pensar en una disposición, una motivación, un afecto, una alegría... En fin, una despedida de maestro. Pues, no. Esplá se ha despedido de Sevilla desabrido, anodino y desangelado. Ni un capotazo para el recuerdo; siquiera un par de banderillas, pues se negó a ello en ambos toros, y sólo algún esbozo de naturales en su primero; pero todo con escaso ánimo y menos consistencia. Es verdad que su lote pecó, acaso, de sosería, pero no menos que la que él demostró durante toda la tarde.

El Pilar / Esplá, El Cordobés, Conde

Toros de El Pilar, bien presentados, blandos, muy nobles y de buen juego; destacó el quinto.

Luis Francisco Esplá: media y tres descabellos (silencio); estocada y tres descabellos (silencio).

Manuel Díaz El Cordobés: estocada (ovación); estocada -aviso- y dos descabellos (ovación).

Javier Conde: pinchazo y media baja (silencio); pinchazo y estocada (pitos).

Plaza de la Maestranza. 2 de mayo. Decimoséptima corrida de feria. Lleno.

Ni un capotazo para el recuerdo, ni siquiera un par de banderillas

Triste, pues, la despedida de quien se esperaba que dejara en esta plaza el sello de una torería que se ha ganado al cabo de una trayectoria tan respetable como irregular. Pero, después de la ovación de recibimiento, la reprimenda: para ese viaje no se necesitan alforjas. Dicho de otro modo: para esa cara tan triste se queda uno en casa o da una copita en la feria a los amigos y todos tan contentos. La tristeza de Esplá, si no es producto de una mala digestión, es difícilmente digerible. Adiós, muy buenas.

Menos mal que estaba El Cordobés, que es un hombre simpático, sonriente siempre, con una vis cómica que le permite conectar rápidamente con los tendidos. El problema es que como torero no resiste el más mínimo análisis crítico. Es un diestro de plazas portátiles, y la Maestranza le viene grande, muy grande. Le tocaron en suerte, primero, un bombón, y, segundo, el toro más noble y que más ha durado en la muleta de toda la feria. Dio unos tres mil trapazos, contados uno a uno, pero no toreó absolutamente nada. Carece de los mínimos recursos lidiadores, ahoga las embestidas, da medios pases, y, cuanto más mejora el toro, peor lo hace el torero. Pero muy sonriente siempre... Desaprovechó su buena suerte y fue una pena que el quinto, que embestía con fijeza y los pitones por el albero, se fuera sin torear. La verdad, dicho sea sin acritud, es que El Cordobés torero es un horror. Y no hay adjetivo posible cuando se empeña en hacer el salto de la rana. Menos mal que el hombre es simpático y tiene cara de buena gente.

Y Javier Conde ni es triste ni es simpático. ¿Entonces? Es hierático; tiene porte de modelo y una mirada altiva. Es un torero posmoderno. Torear no torea, eso sí. Su ánimo lo tiene prendido con alfileres; el sitio, perdido, es un mar de dudas y le pueden la inseguridad y la desconfianza. Naufragó ante el suave y dulce tercero, con el que, incomprensiblemente, no se entendió, y nadó entre la sosería ante el más parado cuarto, que había empujado de verdad en el caballo y llegó sin codicia a la muleta. Pero Conde no pierde nunca la compostura. Conde es modelo.

Canal Feria de Abril en el dial 114 de Digital +.

Luis Francisco Esplá, que ayer se despedía de Sevilla, en su primer toro de la tarde.
Luis Francisco Esplá, que ayer se despedía de Sevilla, en su primer toro de la tarde.GARCÍA CORDERO
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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.

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