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El mensaje pacifista de Wallinger se lleva el Turner

Mark Wallinger y su meticulosa recreación de un campamento contra la guerra de Irak se hicieron ayer con el Premio Turner, el galardón de arte contemporáneo más publicitado y polémico del Reino Unido que se concede anualmente a artistas locales menores de 50 años. El veterano Dennis Hopper -estrella de la película Easy Rider- fue quien desveló el fallo en una gala celebrada por primera vez en la galería Tate, en Liverpool, como reconocimiento a la designación de esta ciudad capital europea de la cultura 2008.

La instalación State Britain escenifica la campaña del pacifista británico Brian Haw frente al Parlamento de Westminster, con un despliegue de pancartas contra la invasión, fotografías de víctimas, recortes de periódicos y donativos de un público que sintonizaba con su censura al Gobierno de Blair. Una ley laborista de 2005 dio alas a la policía para disolver la singular manifestación, aunque se permitió a Haw permanecer cerca de Parliament Square con una versión mermada de su protesta. Wallinger, de 48 años, reprodujo aquel asentamiento en la Tate Britain de Londres, ubicada en el extremo de la zona de exclusión.

Victoria política

La victoria de Wallinger había sido cantada por todas las casas de apuestas, en una edición del Turner que no ha estado tan marcada por la provocación -hasta ahora inherente al premio- como por la dimensión política de su obra y la de sus rivales: las iglesias y mezquitas de Nathan Coley, que camuflan su poder con lonas circenses; los laberintos con los que Mike Nelson refleja la indefensión de los marginados; y las fotografías de Zarina Bhimji del exilio de miles de asiáticos de la Ugana de Idi Amin.

Para sorpresa de los visitantes, State Britain no está expuesta estos días en la Tate Liverpool junto al resto de las instalaciones finalistas. Wallinger ya compitió por el premio, y en calidad de favorito, en 1995, pero las vacas diseccionadas y conservadas en formol de Damian Hirst acabaron imponiéndose.

Quizá para protestar, el artista optó por exhibir en Liverpool una obra no seleccionada a concurso, Sleeper, que recoge en una película de dos horas y media una antigua performance que exhibió en 2005 Berlín disfrazado de oso, que es como se pasó 10 días entre las paredes de cristal del museo, una osadía que bien hubiera podido darle el codiciado galardón, conocido por su ansia de buscar "valores diferentes".

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