Un negocio de otro tiempo

Las nuevas tecnologías plantean retos decisivos para los cerca de 4.300 videoclubes que aún subsisten en España. Porque ésa, la subsistencia, parece ser la clave. Unos 700 establecimientos de alquiler de películas han sucumbido en los últimos 18 meses, según la Unión Videográfica Española.

De modo que, renovarse o morir. Algunos ya se han puesto en marcha frente a la revolución que se avecina. Es el caso del barcelonés Video Instant, uno de los más grandes de España y con casi 30 años de experiencia. "El alquiler en Internet por el sistema de streaming, el mismo de YouTube, es todavía minoritario en el mercado español. Pocas compañías del sector han dado su permiso. Están a la expectativa de lo que suceda en Estados Unidos", explicaba ayer rodeada por miles de DVD Aurora Depares, propietaria.

En cualquier caso, Depares no considera que haya todavía razones para inquietarse. "Si se extiende este nuevo sistema, es lógico que afecte a los videoclubes, pero tampoco debemos ser catastrofistas. El streaming, que no permite la piratería, será posiblemente el futuro del alquiler".

Otros ya han puesto en funcionamiento el servicio de alquiler por Internet. Desde hace meses, el internauta tiene a su disposición el videoclub online Cine a la Carta, impulsado desde Mataró, que utiliza la citada tecnología.

Jesús Jiménez, dueño de la madrileña tienda Del Ocio, con más de 5.000 películas a la venta en DVD y VHS, apostaba ayer por la diversidad de formatos para no dejar escapar ningún cliente. "Cuando la gente busca una película determinada, se la lleva en el formato en el que exista, como si es en vídeo".

Los ingresos del sector han caído a la mitad desde 2005. De ahí que el anuncio del acuerdo de Apple y los estudios no cogiese por sorpresa a Pablo Gisbert, uno de los encargados de Ficciones, también en Madrid. "Es inevitable que el soporte físico desaparezca". La respuesta de su videoclub a la crisis se traduce en apostar por la variedad y cine de autor. Ayer, festivo en la comunidad de Madrid, su videoclub fue uno de los pocos en abrir, mientras a unas manzanas los top manta hacían su agosto en las calles, más abarrotadas que de costumbre.