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La cuenta atrás de los premios Goya

"No nos quejemos: hagámoslo mejor"

Alex de la Iglesia, Iciar Bollain, Rodrigo Cortés y Agustí Villaronga analizan el estado del cine español y los factores que contribuyeron al desastre en la taquilla de 2010

Gregorio Belinchón

Fue un encuentro complicado por las agendas de los cuatro fantásticos: Rodrigo Cortés y Alex de la Iglesia ruedan estos días sus nuevas películas, Iciar Bollain prepara la siguiente y Agustí Villaronga vive en Barcelona. Así que el pasado sábado 22 de enero, justo después de la fiesta de los candidatos a los Goya y en una sala cedida por la Comunidad de Madrid, los directores de Balada triste de trompeta, También la lluvia, Buried y Pa negre charlaron sobre los Goya y sus películas. Entonces ni se barruntaba la explosión de la ley Sinde y la posterior dimisión de Alex de la Iglesia como presidente de la Academia, pero sí se intuía que las cifras del cine español en 2010 no iban a ser muy buenas, aunque no que iban a ser pésimas...

Alex de la Iglesia: "Hay que sentarse y ver que tenemos parte de culpa"
Iciar Bollain: "Si el público sale con la cara hacia abajo, está claro, has fracasado"
Rodrigo Cortés: "No intentemos cócteles perfectos: en el cine nadie sabe nada"
Agustí Villaronga: "Siempre he pensado en el público y nunca he conectado con él"

Pregunta. Nunca se dio tanta variedad en los Goya: compiten un drama rodado en catalán, un thriller en inglés, una película filmada en Bolivia y una visión de la Guerra Civil y el franquismo a través de dos payasos.

Rodrigo Cortés. Yo creo que es una casualidad.

Alex de la Iglesia. Creo que la selección de los miembros de la Academia es precisamente interesante por eso.

Iciar Bollain. A mí me parece que es menos casualidad de lo que apunta Rodrigo. Llevamos unos años en los que hay gente como Rodrigo, Fresnadillo o Bayona rodando en inglés cosas muy distintas. El cine catalán ya es potente desde hace tiempo, otros nos vamos a otros países a filmar... Y está empezando a salir esto: el cine se mueve.

P. Vistas las otras películas, ¿les hubiera gustado dirigir alguna de los otros?

R. C. Me avergüenzo de decir esto: no he podido ver casi nada. Estoy a punto de rodar y eso es incompatible con la vida.

I. B. Yo quería hacer la mía. Veo las otras y digo: 'Hala, qué caña, la de Agustí qué bonita, la de Rodrigo te mete en un ataúd, la de Alex, como él, está como una regadera'... [risas]. Y me gusta que las hagan ellos. Yo me meto en la mía, que bastante tengo.

Agustí Villaronga. Me pasa lo mismo: yo he hecho la que quería. A mí pocas veces me ha pasado que haya visto una película y pensado que quería haberla dirigido...

R. C. Muchas más veces piensas que te hubiera gustado producir algo que estás viendo... como Avatar [risas].

P. De la Iglesia dice que nunca deben olvidarse del público.

I. B. Para nada. Los premios sirven para alegrarte y para empujar a la gente a que vean las películas, pero la realidad es que si el público sale de la sala con la cara hasta aquí abajo, has fracasado. Yo, al menos, hago cine para comunicarme con gente y con la esperanza de que lo que a mí me interese interese a los demás.

A. I. Cuando haces una película quieres que la gente se ponga en tu lugar. Ruedas una película con tu criterio y tu manera de ver, pero obviamente quieres que la disfruten. Buscas colocar a ese espectador que no te conoce en tu cabeza. Y que vea las cosas como tú las ves. Yo me siento como un taxista: el tío que va detrás me dice adónde tengo que ir y ese es mi trabajo. Pero yo lo haría mal si le llevara a ese sitio por donde él quiere. Debo escucharle también, porque él me va a pagar, pero yo conduzco por donde mejor se va y con la experiencia que yo tengo, para que se ahorre un atasco.

R. C. Al público hay que respetarle hasta tal punto que la prioridad sea no complacerle. Eso no quiere decir que no se trabaje para él, sino desde él, porque trabajas con los mecanismos de percepción del público y tú gestionas la información y las emociones de una manera para que impacte de forma determinada al espectador. Y no vale intentar cócteles perfectos porque la ley que impera en el cine es que nadie sabe nada.

A. V. Soy más desgraciado que ellos. Siempre he pensado en el público y nunca he conectado con él. Ahora pienso que tengo que tenerle presente pero no a cualquier precio.

A. I. Es que cuando yo veo una película tuya quiero que sea tuya. Yo soy público, he visto tus películas y me vuelven loco. Quiero que seas tú, para eso entro: quiero ver algo diferente.

I. B. Siempre piensas en el público porque tú eres público, también te sientas en una butaca. Y al mismo tiempo la peli debe tener padre y madre. Si no, es un híbrido, una cosa amorfa.

A. V. Pierde el alma, y ese alma se la debe poner el director. Rodrigo lo ha dicho muy bien: la mejor forma de tenerle respeto al público es no ser complaciente.

A. I. ¿Qué es mejor, caviar o huevos con chorizo? Quiero las dos cosas, pero no que el caviar sepa a huevos con chorizo.

I. B. El mejor amigo del cine español es el público.

A. V. Desde luego.

P. ¿Y el mayor enemigo?

R. C. La falta de responsabilidad individual.

P. Los Goya sirven para que la taquilla de las películas españolas crezca. Ya no es solo un reconocimiento artístico.

A. I. Seamos serios: los Goya son un programa de televisión que sirve para promocionar el cine, para hacer publicidad de las películas, y los cineastas sabemos que tener o no un premio no significa nada. Nada, pero profesionalmente entiendes que con los Goya una película se reestrena, que un director se hace más conocido, que así tienes más proyección y eso te ayudará a obtener un mayor presupuesto y por tanto tendrás más libertad de acción. Y así Rodrigo puede tener una proyección internacional soberbia y así hará una película mejor, más comodo y no creo que bajo tierra.

R. C. Vamos a intentar que no [risas].

A. I. Es que te está votando la profesión. Te hace ilusión.

P. Cortés, usted ha ganado el premio Forqué de los productores. Le haría ilusión.

R. C. Me pareció sorprendente: agradezco la falta de criterio de tanta gente.

A. I. No digas eso, no seas humilde que no es bueno. Con medios mínimos has hecho una película sorprendente.

A. V. Es cierto que las candidaturas le han dado una vida a Pa negre. Con dos nominaciones no pasa nada, pero cuando tienes bastantes llegas a más público que en su estreno.

R. C. Me emociona ver en los Oscar el sentido de la profesionalidad de cada espectador de la profesión que está sentado en su butaca. Aquí uno está en el móvil, otro cuchichea... y allí saben que están vendido su industria y que la están vendiendo en todo el mundo y que ese es el único sentido de lo que están haciendo. Para un espectador una película con dos goyas es muy buena, y una con cuatro goyas es el doble de buena. Nosotros sabemos que fuera del atletismo nada es objetivo. En atletismo es genial, porque uno salta un milímetro más que otro y ya ha ganado. El resto es subjetivo. Somos conscientes de que nos pudo ir muchísimo peor con la misma película porque hay un montón de variables que no están sujetas a ningún control personal.

A. I. Hay muchas razones para que nos haya ido mal en la taquilla: el cine es una especie de imagen distorsionada de la sociedad en la que se desarrolla, un espejo deforme: lo pequeño lo hace muy pequeño y lo grande, muy grande. Estamos viviendo lo que los demás y no somos ni mejores ni peores. Vivimos la misma situación y debemos no lamentarnos y no esperar que nos ayuden más que a otros.

R. C. La única oportunidad pasa por no llorar. Yo soy un firme creyente en la responsabilidad individual. En el mismo instante en que dejamos de quejarnos empieza la oportunidad de cambiar las cosas.

A. I. No hay tiempo de quejarse, porque pronto llegará otra película que sufrirá los mismos problemas que las anteriores y hay que buscar soluciones: la única manera es sentarse, mirar a los ojos a los responsables y ver que tenemos parte de culpa. Hagámoslo mejor.

I. B. Empecé con 15 años en 1983 y ya entonces escuchaba lo de la crisis del cine español. Esta fue siempre una industria precaria. Pero es que la crisis afecta a todos, los bancos se han cerrado como cajas fuertes, sospecho que el año que viene será peor... Y siempre sale gente nueva, filmes que nos sorprenden...

A. I. Mi abuelo tenía una película en blanco y negro de 1940 donde se veía: "Crisis del cine español". Somos el segundo país con más oscars de la historia, quitando a Estados Unidos.

I. B. Con crisis y con todo, hay una percepción extraordinaria exterior del cine español.

A. I. Para entender un fenómeno hay que verlo desde fuera. Y el cine español tenemos que observarlo desde festivales y mercados internacionales. Me da miedo que a una generación que trabaja fuera ¿tú crees que le apetecerá volver?

R. C. Para mí la prioridad es el control creativo y rodaré en cualquier parte del mundo siempre que pueda hacerlo como yo quiero. Somos un país de acomplejados y eso filtra en todo. El 90% de las películas que se hacen son malas, del mismo modo que el 90% de las paellas que se cocinan son malas. El talento por definición es un bien escaso.

De izquierda a derecha, Agustí Villaronga, Rodrigo Cortés, Iciar Bollain y Alex de la Iglesia, tras la fiesta de los candidatos a los Goya el 22 de enero.
De izquierda a derecha, Agustí Villaronga, Rodrigo Cortés, Iciar Bollain y Alex de la Iglesia, tras la fiesta de los candidatos a los Goya el 22 de enero.CLAUDIO ÁLVAREZ
Los directores candidatos a los Goya Alex de la Iglesia, Iciar Bollain, Agustí Villaronga y Rodrigo Cortés analizan el estado del cine español en un debate moderado por el periodista Gregorio Belinchón. <strong>Especial: <a href="http://www.elpais.com/especial/premios-goya/">Premios Goya</a></strong> Vídeo: G. BELINCHÓN / Á. DE LA RUA / L. ALMODÓVAR

Cuarteto de lujo

- BALADA TRISTE DE TROMPETA

Taquilla: 2.300.000 euros.

Premios anteriores: mejor guión y dirección en Venecia.

Candidaturas a los Goya: banda sonora, sonido, maquillaje y peluquería, dirección artística, vestuario, interpretación femenina de reparto (Terele Pávez), dirección de producción, guion original, efectos especiales, dirección de fotografía, interpretación masculina protagonista (Antonio de la Torre), montaje, actriz revelación (Carolina Bang), dirección y película.

- TAMBIÉN LA LLUVIA

Taquilla: 3.110.000 euros.

Premios anteriores: seis medallas de los galardones del Círculo de Escritores Cinematográficos.

Candidaturas a los Goya: interpretación masculina de reparto (Karra Elejalde), banda sonora, sonido, maquillaje y peluquería, actor revelación (Juan Carlos Aduviri), diseño de vestuario, dirección de producción, guion original, efectos especiales, interpretación masculina protagonista (Luis Tosar), montaje, dirección y película.

- BURIED (ENTERRADO)

Taquilla: 2.395.000 euros.

Premios anteriores: premio Forqué de EGEDA (entidad de gestión de los productores), premio Sant Jordi. Candidaturas a los Goya: canción original, banda sonora, sonido, guion original, efectos especiales, dirección de fotografía, interpretación masculina protagonista (Ryan Reynolds), montaje, dirección y película.

- PA NEGRE

Taquilla: 1.100.000 euros

Premios anteriores: 13 premios Gaudí y Concha de Plata a la mejor actriz en San Sebastián (Nora Navas).

Candidaturas a los Goya: interpretación masculina de reparto (Sergi López), sonido, maquillaje y peluquería, actor revelación (Francesc Colomer), dirección artística, diseño de vestuario, interpretación femenina de reparto (Laia Marull), dirección de producción, guion adaptado, dirección de fotografía, actriz revelación (Marina Comas), interpretación femenina protagonista (Nora Navas), dirección y película.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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