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La protección de la propiedad intelectual, a debate

Sin noticias de una acción común

Los ministros de Cultura europeos demandan un marco legal y soluciones conjuntas contra la piratería - Pero el foro de Barcelona se cierra sin propuestas concretas

La tecnología se desliza demasiado rápido por Europa como para esperar sentados en las 27 fronteras a que lleguen los problemas. El Foro Europeo de Industrias Culturales rectificó así su rumbo y puso ayer nombre a su amenaza. La piratería y los derechos de autor emergieron como tema central de debate de la mesa de los ministros de Cultura de España, Alemania, Finlandia, Bélgica y Portugal, que clausuró el evento. Quieren un marco legal común y soluciones conjuntas. Lo sorprendente fue la falta de concreción hasta el momento y las declaraciones de la comisaria europea de Cultura, Androulla Vassiliou: "No formaba parte de la agenda de la UE porque era un tema muy específico". Mientras, en la puerta del foro estuvo Leo Bassi vestido de payaso blanco y escoltado por un patito de goma gigante.

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La consigna de ayer fue la unión. La industria y los políticos del sector quieren flexibilidad en la circulación de artistas y obras de arte y regímenes fiscales más favorables. "¿Por qué el 90% de portales de cine están localizados en EE UU?", se preguntaron en una de las ponencias. Todos coinciden en que es hora de eliminar las últimas barreras de Europa y que se necesitarán leyes comunes para combatir la piratería y regular los derechos de autor. Como parece que no estaba previsto, Vassiliou anunció que se creará un comité de sabios para estudiarlo. Un proceso de consulta y posible legislación que, según los expertos, puede tardar en cristalizar en alguna medida concreta unos tres años. Cuando ya todo sea distinto.

Otra clave de la jornada fue la decepción de algunos países, entre los que están España, Alemania y Francia, por la nula presencia cultural en la Estrategia 2020, la hoja de ruta de la UE -especialmente en cuestiones económicas- de los próximos 10 años. El ministro alemán, Bernd Neumann, reprendió públicamente a la comisaria Vassiliou sobre esta cuestión. Incluso la representante española, Ángeles González-Sinde, quiso cerrar el foro anunciando que lucharán para que se solucione el asunto.

Y hoy es el día. Porque la mayoría de ministros de Cultura de la UE se reúnen en Barcelona (ayer estaban confirmados 17) en un encuentro informal para tratar estas cuestiones. Según fuentes del ministerio, España buscará una suerte de pacto de presión a la UE para que la cultura tenga más presencia en su agenda. La idea, claro, se traduce en influencia y mayores partidas. De ahí el obstinado mantra repitiendo las bondades de un sector generador de cinco millones de empleos.

Por la mañana, Guillermo Corral, director general de Industrias Culturales, había tirado de cifras para hacer una encendida defensa de la industria y de su falta de recursos: "Este no es un sector subvencionado. Es un sector subvalorado que no tiene los recursos que necesita". El argumento es que produce un volumen de unos 40.000 millones de euros al año en España pero, en cambio, las administraciones sólo invierten unos 3.000 millones (incluida la conservación de museos o sueldos de funcionarios). "Ojalá eso fueran subvenciones".

Mientras tanto, el representante de los editores europeos se resistía panza arriba ante el cambio de modelo y atacaba con dureza a Google Books por pretender apropiarse de su trabajo. "Querer cambiar esto es destruir el sistema", lanzó en tono apocalíptico Federico Motta. Curiosamente, en la misma mesa se sentaba el representante de la industria del videojuego en España, que ofreció su experiencia contra la piratería (micropagos por juego ilimitado) y casi tuvo que suplicar que su sector se considere cultura.

En su clausura, González-Sinde lamentó que el evento hubiera sido para algunos poco concreto más allá del contenido algo decepcionante que tuvo ayer. "A nosotros nos sirven estos foros y las propuestas que llegan de los profesionales". Del sector cultural, claro.

A pocos metros de donde se celebraba el foro, en el Fossar de les Moreras, parte de este sector cultural congregó durante todo el día una fiesta reivindicativa de otros modelos de gestión alternativos a los que proponen las industrias culturales tradicionales. Abrió el fuego por la mañana Leo Bassi con una performance divertida y pedagógica -puede verse en la web de los organizadores: http://d-evolution.fcforum.net- en la que "hipnotizó" a dos espectadores para aclarar, poco después, que todo había estado amañado. "Algunos se lo habrán creído, y si un payaso como yo puede engañarles, qué no podrán hacer esta gente. Hay que dudar siempre y no dejarse manipular por aquellos que quieren mantener los privilegios que les han permitido forrarse". Bassi, en la calle, y ayer Eduardo Punset en el foro -su defensa de la libertad en la Red ha provocado incluso una plataforma en Internet para proponerle como ministro de Cultura- han dado otros argumentos a un debate que parece perderse en los laberintos de la burocracia, pero que afecta, y mucho, a todos.

Acción de Leo Bassi a las puertas del Foro de Industrias Culturales, ayer en Barcelona.
Acción de Leo Bassi a las puertas del Foro de Industrias Culturales, ayer en Barcelona.CONSUELO BAUTISTA
Mesa redonda de los ministros europeos de Cultura que clausuró el encuentro celebrado en Barcelona.
Mesa redonda de los ministros europeos de Cultura que clausuró el encuentro celebrado en Barcelona.S. SÁEZ
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