"Una novela sobre cicatrices y una mujer con los ojos azul aciano"
La novelista Marta Sanz recomienda 'El largo adiós', de Raymond Chandler, un indispensable del género policiaco de suspense
Propuestas criminales y enigmáticas. Es lo que sugiere para estas vacaciones la escritora Marta Sanz (Madrid, 1967), finalista del premio Nadal en 2006. En lo más alto de su lista se sitúa El largo adiós (Cátedra) de Raymond Chandler (Chicago 1988-California 1959), uno de los padres de la novela negra policiaca. La crítica encumbró a Chandler gracias a este libro, escrito en 1953, el que consideran el mejor de su carrera. Aquí el escritor vuelve a contar con el detective Philipe Marlowe, su álter ego literario y protagonista de casi todas sus obras, interpretado varias veces por Humphrey Bogart en la gran pantalla. En esta ocasión Marlowe se verá envuelto en una trama que le llevará a ser acusado de la muerte de una mujer. La novela, además, ejerce de denuncia contra la corrupción del sistema policial en Estados Unidos.
"En El largo adiós el género negro alcanza altas cotas de lirismo mientras escarba en los entresijos más sucios del sistema", cuenta Marta Sanz (Susana y los viejos). Chandler ha sido muchas veces comparado con el también autor de novela policiaca Dashiell Hammett. Ambos son un referente de este género, que además utilizan para denunciar la sociedad americana de la época y las relaciones de poder que permitían muchas veces la impunidad de los criminales.
Chandler narra a través de Marlowe cómo el detective recibe el encargo de localizar a un millonario novelista desaparecido. Pero tras dar con él borracho en un bar, ambos comienzan una relación amistosa que a Marlowe le costará la acusación de matar a la esposa de éste, fallecida en extrañas circunstancias. A esta le seguirán otras muertes, pero no siempre todo es como parece. El largo adiós es una novela "sobre cicatrices y sobre una mujer con los ojos de color azul aciano", en palabras de Marta Sanz.
En sus primeros años como escritor, Chandler se ganó la vida publicando pequeñas historias en las revistas conocidas como pulp fiction (revistas baratas de ficción), género que también cultivaron grandes literatos del siglo XX como Isaac Asimov, Mark Twain o el mismo Dashiell Hammett.
Chandler fue un escritor muy vinculado con el cine, tanto por la adaptación de sus novelas a la gran pantalla como por su trabajo de guionista. El director Robert Altman rodó en 1973 la película El largo adiós. Chandler fue el artífice de la adaptación de la novela de James M-Cain Perdición, dirigida por Billy Wilder en 1944 y una de las películas más recordadas del cine negro. Más tarde adaptó el éxito de Patricia Highsmith Extraños en un tren, que dirigió Alfred Hitchcock en 1951.
El largo adiós, Raymond Chandler (Cátedra)
Otros libros de Raymond Chandler:
El sueño eterno (Alianza)
La dama del lago (Alianza)
Adiós, muñeca (Alianza)
La hermana pequeña (Alianza)
Marta Sanz: "Las trampas no están prohibidas en la literatura pero hay que saberlas hacer"
Marta Sanz (Madrid, 1967) es escritora y Doctora en Literatura Contemporánea. Fue finalista del premio Nadal en 2006 con Susana y los viejos. Estas son sus recomendaciones para el verano, todas pertenecientes a la novela negra:
El asesinato de Roger Ackroyd de Agatha Christie (RBA)
"Christie se convierte en la araña que teje una tela a la que se pegan todas las moscas lectoras. Las trampas no están prohibidas en la literatura pero hay que saberlas hacer"
El sillón maldito de Gastón Leroux (Olivo Azul)
"Los candidatos a la Academia Francesa mueren cuando van a pronunciar su discurso. Nadie se atreve a ocupar el sillón maldito: excepto un analfabeto que conoce el poder de la cultura como forma de desclasamiento".
Maigret y la sirvienta de Simenon (Booket)
"El empático comisario entabla un tira y afloja, no exento de erotismo, con una estrafalaria sirvienta -esperpento de mujer fatal- que se pone unos sombreros imposibles y sólo es deslenguada cuando a ella le apetece".
Crimenes bestiales de Patricia Highsmith (Anagrama)
"La autora consigue que nos pongamos del lado de una rata que muerde la cara de un bebé. De una cucaracha de hotel de mala muerte. De un vampírico hurón. La traducción de estos cuentos a un código humano pone los pelos de punta".
