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Un paseo por la grandeza del cine

EL PAÍS inicia una nueva colección de las mejores películas de la historia con Cine de Oro

Gregorio Belinchón

Desde hoy, domingo, y posteriormente todos los sábados, EL PAÍS ofrece a sus lectores una nueva colección de libros-DVD, Cine de Oro, en la que, a través de sus 35 títulos, se repasa lo mejor del cine clásico en géneros tan distintos como la comedia, el drama, el musical, las aventuras, el thriller, los filmes históricos o el western. Todas tienen, sin embargo, un nexo de unión: talento. La nueva colección se ofrece en el soporte libro-DVD: a cada película -que se podrá contemplar en versión original subtitulada o doblada- le acompaña un libro de 62 páginas en el que se ofrece una amplia documentación textual y gráfica de las biografías de sus protagonistas, las anécdotas de los rodajes y los entresijos de su producción.

Su forma de despojarse de un guante largo catapultó la carrera de Rita Hayworth
El Actors Studio desembarca con Marlon Brando, James Dean y Paul Newman

El primer título, que hoy se regala al adquirir EL PAÍS, es Rebelde sin causa, de Nicholas Ray, uno de los dramas juveniles más populares de todos los tiempos y el filme que convirtió en mito a James Dean, el dios del descaro y de la cólera vital. Posteriormente, aparecerá El graduado, otra vuelta de tuerca al hastío juvenil, que en esta ocasión, a finales de los sesenta, lidera otro actor debutante, Dustin Hoffman, con fondo musical de Simon & Garfunkel.

Cada sábado, al comprar El PAÍS, el lector podrá disfrutar de un extenso repaso a lo mejor de la historia del cine. Como, por ejemplo, por su lado más épico, el que representan largometrajes como El puente sobre el río Kwai, de David Lean, o El hombre que pudo reinar, de John Huston. Ambas películas demuestran cómo se pueden describir la grandeza y la miseria del hombre dentro de superproducciones de lujo. Otro de los más grandes creadores, Billy Wilder, aparece también en la colección con su Con faldas y a loco. Irreverente, atrevida, divertida, esta comedia protagonizada por Jack Lemmon, Tony Curtis y Marilyn Monroe supuso, sin embargo, un penoso rodaje para Wilder, que llegó a asegurar, con su corrosivo humor habitual y provocado por los retrasos, las ausencias y los berrinches de Monroe: "Mientras todos los del equipo esperábamos a Marilyn, no perdíamos completamente el tiempo. Incluso pudimos hacernos con una cultura; yo, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de leer Guerra y paz y Los miserables". Curiosamente, este mes de junio se ha celebrado el centenario del nacimiento de Billy Wilder y el 80º aniversario del de Marilyn Monroe, de la que también podrán verse Los caballeros las prefieren rubias, de Howard Hawks, y Eva al desnudo, de Joseph L. Mankiewicz, al lado de una de las más grandes actrices de todos los tiempos: Bette Davis.

Otra de esas mujeres de rompe y rasga fue Rita Hayworth, que también aparece en esta colección en dos filmes: Gilda y La dama de Shanghai. Su manera de despojarse de un guante largo mientras canta Put the blame on Mame, su desenvoltura a la hora de abofetear y su apasionamiento catapultaron en 1946 la carrera de quien había nacido con el nombre de Margarita Cansino, hija de un bailarín sevillano. Al año siguiente rodó con quien ya era su ex marido, el genial Orson Welles, La dama de Shanghai, un thriller repleto de hallazgos visuales y tensión sexual. Lana Turner en la primera versión de El cartero siempre llama dos veces, y Elizabeth Taylor en Cleopatra son dos ejemplos más de femmes fatales que se incluyen en la colección.

Si Marilyn, Elizabeth, Rita o Bette son mitos, ¿qué decir de Marlon Brando? En la selección de El PAÍS estarán sus dos mejores interpretaciones: la de un estibador de puerto que lucha contra la dictadura del sistema en La ley del silencio, filme que Elia Kazan usó para defenderse de las acusaciones de delator que había recibido tras declarar en el Comité de Actividades Antiamericanas, y la de un bruto pegado a una camiseta en Un tranvía llamado deseo, en la que Kazan adapta el drama de Tennessee Williams. El realizador fue uno de los miembros más destacados de la academia Actors Studio, desde donde se expandió una nueva manera de interpretar y una nueva generación de actores que pronto arrasaron en las salas: Marlon Brando, James Dean o Paul Newman, de quien Cine de Oro recupera sus dos colaboraciones con Robert Redford: el renovador western Dos hombres y un destino y ese inteligente entretenimiento que es El golpe. Además, Newman protagoniza Éxodo, la epopeya del barco homónimo en el que 611 supervivientes del Holocausto intentaron llegar a Haifa, en Israel, su tierra prometida. Un drama social duro, al estilo de Las uvas de la ira, otra terrible visión de la humanidad, en este caso de los campesinos arruinados por el crash de 1929, que también buscan su tierra prometida: California. Este filme es la aportación del gran maestro John Ford a Cine de Oro.

Hay más títulos absolutamente imprescindibles en esta colección. Comedias como la romántica Tú y yo, con Cary Grant y Deborah Kerr; la agridulce Candilejas, de Charles Chaplin; la arrolladora Sucedió una noche; la delirante Los hermanos Marx en el Oeste; la encantadora Pijama para dos, con Rock Hudson y Doris Day, o la intrigante Charada, con Cary Grant y Audrey Hepburn. Musicales como Un día en Nueva York, con Frank Sinatra y Gene Kelly. Dramas como la exuberante De aquí a la eternidad, con Sinatra, Montgomery Clift y Burt Lancaster. Westerns clásicos como Murieron con las botas puestas, con Errol Flynn, y Río Bravo, con John Wayne. Películas históricas como Espartaco, de Stanley Kubrick y con Kirk Douglas. Y títulos del más duro, Humphrey Bogart, de quien Cine de Oro elige su interpretación más acerada (El motín del Caine) y su última película, el drama sobre el mundo del boxeo Más dura será la caída.

Finalmente, una pareja de cine: Spencer Tracy y Katharine Hepburn: juntos, en ese canto al amor que invade Adivina quién viene esta noche; por separado, él en Conspiración de silencio, un drama antirracista. Y ella, como la gloriosa niña rica, la provocadora de todo un torbellino de rupturas y amores, junto a James Stewart y Cary Grant, de Historias de Filadelfia.

Marlon Brando, en <i>Un tranvía llamado deseo,</i> de Elia Kazan (a la izquierda); y Rita Hayworth y Glenn Ford, en <i>Gilda,</i> de Charles Vidor.
Marlon Brando, en Un tranvía llamado deseo, de Elia Kazan (a la izquierda); y Rita Hayworth y Glenn Ford, en Gilda, de Charles Vidor.

La estrella fugaz, el mito eterno

La colección Cine de Oro arranca con Rebelde sin causa, de Nicholas Ray, el segundo filme que protagonizó James Dean, el hombre que no tuvo tiempo para labrarse una carrera, aunque sí lo suficiente como para construirse una leyenda.

Dean, Marlon Brando, Marilyn Monroe y Humphrey Bogart forman el cuarteto de póquer de leyendas de la historia del cine. De todos hay grandes títulos en Cine de Oro, aunque de James Dean se han escogido sus dos mejores trabajos: Al este del edén, de Elia Kazan, el único de sus estrenos que pudo ver en vida el actor, y Rebelde sin causa, de Nicholas Ray, un canto generacional para un público que disfrutaba con la imagen descuidada y descarada y con el amor por las carreras de coches y por la velocidad de James Dean.

El rebelde de Hollywood falleció conduciendo su Porsche 550 Syder, 13 días después de finalizar el rodaje de su tercera película, Gigante, en 1955, y con tan sólo 24 años. Su desaparición cortó abruptamente una carrera fulgurante y le convirtió en el primer intérprete que fue candidato póstumamente a dos oscars de Hollywood. El chico de Indiana vivió deprisa, murió joven y dejó un rastro imborrable en el celuloide.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.

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