Un pretexto

Santiago Moncada estrena su segunda comedia en esta semana; esta vez parece que con mejores resultados cómicos que la anterior, gracias probablemente a la gracia personal e su intérprete, Paco Morán, ausente desde hace muchos años de los escenarios madrileños. Punto y Coma tiene una historia tenue: dos amigos de la infancia viven juntos, y uno es siempre afortunado -con el dinero, las mujeres, el azar- y el otro -Paco Morán- desgraciado y obligado al servicio de su amigo. Hay un par de pequenas peripecias que lo demuestran; pero lo importante es el contraste y, dentro de él, la exhibición del desgraciado, que responde más a un monólogo de cómico de cabaré o de variedades que al teatro, que requiere otra consistencia. Paco Morán no ahorra muecas, gestos,onoinatopeyas, arrastre de palabras, no para un solo momento, sea lo que sea lo que sucede con los otros personajes de la obra: los demás actores están para acompañarle y darle todas las ocasiones posibles. Todo esto tiene su eficacia: el público ríe a carcajadas durante toda la representación y aplaude en numerosos momentos.