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Reportaje:

La princesa perdida del 'folk'

Reino Unido hace justicia a Sandy Denny en el 30º aniversario de su muerte

Diego A. Manrique

Sandy Denny falleció el 21 de abril de 1978, a los 31 años. Estaba sola cuando se cayó por las escaleras de la casa de una amiga londinense. Sufrió una hemorragia cerebral. Hubo dolor entre sus amigos pero no asombro: era propensa a los accidentes; además, abusaba del alcohol y de las drogas. No ha sido olvidada: en estos días se ha emitido un documental en el Reino Unido; existe una espléndida biografía de Clinton Heylin y una magna antología, A boxful of secrets; también acaba de salir un exhaustivo Live at the BBC.

Conviene saber que Denny trabajó esencialmente en el terreno del folk, música poco fashion y de público reducido. Pero fiel: el grupo que ella encabezó, Fairport Convention, congrega multitudes durante su festival anual en Cropredy. Fairport desarrolló una versión británica del folk-rock, tan sorprendente como difícil de exportar. Sin embargo, Denny participó en algún disco millonario: cantaba con Robert Plant The battle of Evermore, en el cuarto elepé de Led Zeppelin. Su canción emblemática, Who knows where the time goes, tiene versiones -Judy Collins, Cat Power, Nina Simone- que revelan un magnetismo multigeneracional.

Destacó por su suntuosa voz y sus maneras: era torpe, gregaria, simpática

Algunos de sus paladines la presentan como "la Joni Mitchell inglesa", cuando Sandy no generó un cancionero comparable al de la canadiense ni estaba poseída de su ansia por imponerse. Ella era sencillamente Alexandra Elene McLean Denny, nacida en Wimbledon (1947) en una familia conservadora de clase media. Iba para enfermera, pero decidió ingresar en una Escuela de Arte, la misma de Eric Clapton o Jimmy Page. Se sintió atraída por la música folk, que entonces englobaba tanto repertorio cantautoril (Dylan, Paxton, Seeger) como genuinas piezas folclóricas.

Abundaban las chicas de largas melenas cantando con una guitarrita. Sandy destacó por su suntuosa voz y sus maneras: era torpe, gregaria, simpática. Grababa desde 1967 y en 1968 se unió a Fairport Convention. Ellos buscaban una nueva cantante, pero Sandy se apoderó de la banda. Lo que era una aproximación al rock de San Francisco se transformó por su insistencia en buscar un sonido propio, que reflejara las raíces británicas. Así, un tema ancestral como A sailor's life se convertía en una exploración épica.

Fairport Convention fue brevemente una banda estelar: junto a Denny, estaban Ian Matthews y Richard Thompson. Pero no hubo éxitos -aparte de Si tu dois partir, adaptación cajun de una pieza de Dylan- y comenzaron las deserciones. Sandy se marchó en 1970, para fundar Fotheringay junto a Trevor Lucas, guitarrista australiano con quien protagonizaría un matrimonio tan abierto como tormentoso. Para los lectores del Melody Maker era entonces la mejor cantante británica. Pero ella no sabía qué hacer con su talento. Tras romper caprichosamente Fotheringay en 1971, grabó en solitario; también protagonizó reapariciones con Fairport y proyectos paralelos como The Bunch. Eso explica que su discografía sea extensa y abundante en rincones fascinantes.

Se puede decir lo mismo de su vida. Estaba acomplejada por su cuerpo (algunos la definirían como entrada en carnes), aunque su lista de amantes (algunos tan resabiados como Frank Zappa) revela que no le costaba seducir. Cuando tuvo una hija, demostró que no tenía vocación de madre: iba al pub y encerraba al bebé en el coche. Temiendo por la vida de la niña, su marido se la llevó clandestinamente a Australia. Días después, Sandy estaba muerta.

Sandy Denny con (de izquierda a derecha) John Bonham, Robert Plant y Jimmy Page, de la banda Led Zeppelin, en Londres en 1970.
Sandy Denny con (de izquierda a derecha) John Bonham, Robert Plant y Jimmy Page, de la banda Led Zeppelin, en Londres en 1970.AP
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