Una proposición indecente

Segundo largometraje del serbio Srdan Golubovic -y, si este crítico no se equivoca, primero en llegar (tardíamente) a nuestras pantallas-, The trap parece dar una vuelta de tuerca al dilema moral que planteaba Richard Matheson en su relato Button, button, que recientemente sufrió su particular -y estimulante- electroshock de la mano del Richard Kelly de The box (2009). Una familia con serias limitaciones económicas, la enfermedad (letal) de un hijo y los claroscuros de la oferta que puede resolver la situación son los principales elementos con los que Golubovic plantea un ejercicio de noir existencial que, además, esboza una imagen de Belgrado como capital del dolor y la desconexión.

Basada en una novela de Nenad Teofilovic, The trap dosifica su trama con maestría y permite a Golubovic ejercitar su habilidad para colocar su cámara en el lugar más preciso, al tiempo que describe un desmoralizador paisaje después de la batalla, donde el patriotismo se convierte en coartada mafiosa y el empobrecimiento de las clases medias frente a la ostentación del nuevo rico se perfila como obsceno daño colateral del fin del comunismo.

Miki Manojlovic, actor fetiche de Kusturica, realiza una de las composiciones más memorables en una película excelente que, de manera algo arbitraria, el público español no podrá ver proyectada en su formato original en 35 mm.