_
_
_
_
_
Reportaje:

El rascacielos perdido de Nouvel

El último premio Pritzker recupera en La Défense su viejo proyecto de construir un inmenso edificio - Con 301 metros, la torre rivalizará con la de Eiffel

Jean Nouvel, el arquitecto francés ganador del Premio Pritzker 2008, ha visto cómo era elegido su proyecto para dotar de una nueva identidad visual y urbanística al barrio de La Défense, centro de negocios junto a París que celebra su 50º aniversario. Se trata de levantar un rascacielos de 301 metros que ha concebido como una sucesión de cubos superpuestos de 140.000 metros cuadrados y de utilización mixta: 39.000 metros de hotel, 50.000 de despachos, 33.000 de apartamentos, 8.000 de espacio público y 10.000 de restaurantes y comercios.

Es la segunda vez que Nouvel recibe el encargo de proyectar un rascacielos para el mismo barrio. A principios de los años noventa, su "torre sin fin" -una espiral de cristal que se enroscaba sobre sí misma hasta perderse entre las nubes- también fue retenida como mejor proyecto para modernizar La Défense, pero la crisis del sector inmobiliario frenó la materialización de la torre. Ahora son dos sociedades -la francesa Medea y la española Layetana- las que están detrás de la operación y deberán desafiar una situación económica morosa. "Tengo que admitir que no se trata de un programa de vivienda social", dijo riéndose Patrick Devedjian, presidente del departamento y secretario de la UMP, partido en el poder.

El edificio albergará apartamentos, oficinas, hoteles y comercios
El arquitecto aspira a crear un nuevo centro de desarrollo en la capital

Competían con Nouvel los proyectos de Daniel Libeskind, Norman Foster, Jacques Ferrier y Jean-Michel Wilmotte. La torre Signal -un nombre desafortunado pues también es el de la principal revista de propaganda del modelo de vida y sociedad que proponía el nazismo- costará unos 600 millones de euros y debiera estar terminada por las navidades de 2013. Sus 71 plantas incluyen jardines colgantes y dicen tomar en consideración las exigencias de "un urbanismo sostenible". En opinión de Nouvel, el barrio de La Défense "puede ser la primera expresión de un nuevo centro de desarrollo del Gran París sin ser un centro histórico". El arquitecto ha glosado además la calidad de vida que ofrecerán los 90 apartamentos de 200 metros cuadrados "porque se podrá estar en ellos sin sentirse detrás de un muro-pantalla". Si Nouvel -y Devedjian- habla del Gran París eso se debe también a que, a su manera, la torre Signal, de una altura próxima a la de la Torre Eiffel -324 metros si se cuenta la antena- y muy superior a la del principal rascacielos de la ciudad, la torre Montparnasse (210 metros), forma parte de una estrategia del presidente Nicolas Sarkozy destinada a hacer explotar París para así poder arrebatarles a los socialistas la alcaldía. La noción de Gran París encubre el deseo de crear un organismo de gestión urbana y económica que esté por encima del Ayuntamiento de la ciudad, uniendo a éste varios territorios y, sobre todo, el Oeste parisiense, mayoritariamente conservador.

El actual alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, confiaba en que París obtuviera la organización de los Juegos Olímpicos de 2012 para poder romper por fin con la actual limitación de 31 metros de altura máxima que rige para todos los edificios que se construyen en la capital francesa. La victoria de Londres le privó de esta arma y el deseo de no enemistarse con el vecindario también le impidió arriesgarse y encargar a Nouvel o al holandés Rem Koohlas la remodelación del barrio de Les Halles, optando por la solución consensual sugerida por el arquitecto David Mangin.

Nouvel, de 62 años, ha edificado en España la torre Agbar (Barcelona), la ampliación del Museo Reina Sofía (Madrid) y una urbanización en Ibiza. Entre sus obras más conocidas figuran la Fundación Cartier, el Instituto del Mundo Árabe (IMA) y el Museo del Quai Branly (París), el Palacio de Justicia de Nantes, el Centro de Exposiciones y Congresos de Basilea, la Ópera de Lyon, u hoteles que ha edificado en Estados Unidos y Japón. Los detractores de Nouvel le reprochan el carácter excesivamente tecnológico de algunas de sus obras, demasiado costosas de mantenimiento o más frágiles de lo previsto. Las celosías electrónicas del Instituto de Mundo Árabe sólo funcionaron durante el primer año del inmueble, la fachada de la Ópera de Lyon ha sufrido desconchones importantes y sus viviendas sociales en Nimes han sido transformadas por los vecinos. Si esto último no importa a Nouvel, los problemas de la ópera los atribuye a defectos de responsabilidad de la constructora, mientras que la de los defectos del IMA la hace recaer en un presupuesto de funcionamiento que, desde 1990, es de sólo el 50% del prometido.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_