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La reedición de 'La mujer nueva' revela la gran modernidad de Carmen Laforet

Ángela Vallvey y Agustín Cerezales, hijo de la autora, presentan el libro

Se presentó ayer en Madrid la reedición de La mujer nueva (Destino), la última novela de Carmen Laforet (Barcelona, 1921), publicada 10 años después de su gran revelación, Nada, que ganó el Premio Nadal en 1945. La escritora, que está retirada desde hace varios años, no acudió a la presentación, de la que se encargaron su hijo Agustín Cerezales y la escritora Ángela Vallvey.

La mujer nueva, que fue galardonada con los premios Menorca en 1955 y Nacional de Literatura en 1956, llevaba mucho tiempo fuera de las librerías, así que la reedición permitirá a nuevos lectores acceder a una novela que "revela a una mujer moderna y es un verdadero hallazgo para quien no conozca a Carmen Laforet", según aseguró Ángela Vallvey.

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La protagonista de la novela es Paulina Goya, que en la España conservadora de la posguerra se separa de su marido, se independiza en Madrid y demuestra que se puede valer por sí misma al hacerse cargo de su hijo. Carmen Laforet se adelanta a la España de los años 50 privilegiando el tema de la condición de la mujer. La autora, madre de cinco hijos, logró compaginar las labores familiares con las profesionales. Cerezales contó que se levantaba a las cinco de la mañana para dedicarse a la literatura.

Demoledora

Se puede observar en la novela una clara vertiente feminista, que apenas queda camuflada por una experiencia religiosa muy intensa, que ocupa la primera parte de la obra. Laforet plantea todos los problemas de la vivencia religiosa: las dudas, la sensación de descubrimiento de Dios y los conflictos de la relación con la Iglesia. "Una novela demoledora para un creyente y antipática para quien no cree, ya que trata de la fe", afirmó Cerezales. En una sociedad más desacralizada como la actual, el tema de la crisis mística importa tal vez poco, pero responde a una necesidad personal de la autora, contó su hijo. En 1951, Laforet se sintió muy atraída por los temas espirituales. No se puede hablar de autobiografía, aunque este trasfondo personal está presente en su obra y le ha servido de inspiración.

Vallvey, que ganó el Nadal en 2002 con Los estados carenciales, destacó que la novela de Laforet aborda temas cruciales de la época, como el enfrentamiento doméstico y la discriminación de la mujer, pero sigue siendo perfectamente vigente en la España de hoy: "Las inquietudes y las luchas de la heroína, Paulina, serán mejor comprendidas desde la perspectiva actual, en la que estos problemas sociales siguen presentes pero se ha aprendido a hablar de ellos. Laforet es una pionera que fue más allá de su género".

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