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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Los restos del anticomunismo

Como la mayoría de las producciones norteamericanas, la recién estrenada El laberinto rojo tiene una doble cara. Por un lado, cuenta una tradicional historia policiaca que acaba resolviéndose en un largo juicio y, por otro, tiene una considerable carga política. La diferencia con las actuales películas norteamericanas es que esta carga va mucho más allá que la habitual publicidad de sus productos, ropa, comida, automóviles, forma de vida, y se apoya en el más característico anticomunismo de los largos años de la guerra fría.A simple vista, la historia gira en torno a un brillante abogado norteamericano que llega a China para firmar el primer proyecto de comunicación por satélite entre una compañía de Estados Unidos y las autoridades. Sin embargo, se encuentra con una facción del Gobierno que se opone a esta apertura a Occidente, le tiende una trampa para implicarlo en el asesinato de una bella joven con quien pasa una noche, desacreditarlo y acabar firmando el acuerdo con una compañía rival.

El laberinto rojo (Red corner) Director: Jon Avnet

Guionista: Robert King. Fotografía: Karl Walter Lindenlaub. Música: Thomas Newman. Estados Unidos, 1997. Intérpretes: Richard Gere, Bai Ling, Bradley Whitford, Byron Mann, Peter Donat, Robert Stanton, Tsai Chin, James Hong, Tzi Ma. Estreno en Madrid: Gran Vía, Conde Duque, Odeón Paza Aluche, Colombia Multicines.

Sórdida maquinaria

Detrás aparece la exposición, una vez más, de la sórdida maquinaria comunista, la detención del norteamericano y el sometimiento a torturas para que confiese un crimen que no ha cometido. No obstante, para que la propaganda anticomunista no resulte tan descarada como en los años cuarenta y cincuenta, se han introducido dos pequeñas novedades que dan fuerza a El laberinto rojo.En primer lugar, desde un punto de vista político, la ineficacia de los miembros de la Embajada de Estados Unidos, que muy poco o nada hacen por su súbdito, que se utiliza como contrapeso de la carga anticomunista. Y sobre todo la presencia de una abogada china que no sólo arriesga su reputación y su vida por la de su defendido, sino que es origen de una historia de amor entre ellos.

El responsable de esta curiosa mezcla de policiaco, película de juicios, amor y propaganda anticomunista es Jon Avnet, un nuevo director con una cierta reputación a sus espaldas. Responsable de la interesante Tomates verdes fritos (1991), la desigual La guerra (1995) y la atractiva comedia Íntimo y personal (1996), El laberinto rojo supone un paso hacia detrás en su trayectoria, no sólo por su anticuada carga política, sino por ser su película peor realizada.

Aunque también puede hacerse un esfuerzo, dejar todo esto al margen y verla sólo como una progresista historia de amor interracial entre un demócrata blanco norteamericano y una comunista amarilla china. Reducirla al enfrentamiento entre un canoso Richard Gere y una exótica Bai Ling, con lo que el conjunto sale bastante beneficiado.

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