Desde la sencillez
Poco, prácticamente nada, que objetar. Un recital de lied aspira siempre a la creación de una atmósfera entrañable, para que las palabras se sientan cómodas y la música fluya con naturalidad. La mezzosoprano salzburguesa Angelika Kirchschlager y el pianista vienés Helmut Deutsch crearon anteayer en la Zarzuela un clima, por encima de todo, familiar. Interpretaron los diferentes lieder de Mendelssohn, Liszt, Dvorák y Brahms desde la sencillez. Se agradece vivir un recital de estas características sin sobresaltos. El programa estaba elaborado con buen gusto.
Comenzó Kirchschlager con un punto de sosería, de rigidez, en las primeras canciones de Mendelssohn, pero se sobrepuso de inmediato con un fraseo elegante, una interiorización de la melodía y una reivindicación en profundidad de la humildad. En algunos momentos se elevó, aunque sin perder el tono de confidencialidad. Eran los instantes para conservar en la memoria desde O Lieb, so lang du Lieben kannst, de Liszt, hasta Lasst mich allein, de Dvorák. La velada transcurrió sin altibajos. El espíritu del lied se impuso. Es lo que se deseaba.
ANGELIKA KIRCHSCHLAGER
Con Helmut Deutsch al piano. Canciones de Mendelssohn, Liszt, Dvorák y Brahms. XIV Ciclo de Lied. Teatro de La Zarzuela, Madrid, 19 de noviembre.