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Tras la separación de Esclarecidos, aparece Lliso

El grupo madrileño cambia de rumbo musical con una formación distinta

Diego A. Manrique

5658 es el título del doble disco de despedida del grupo español más sugerente de los años ochenta. Según calculó Alfonso Pérez, el batería original y letrista habitual, 5.658 son los días que van desde su primer concierto -22 de julio de 1981, en RockOla- hasta el último, el 17 de enero de 1997, en la sala Caracol, también en Madrid. Ahora empieza el proyecto Lliso, integrado por Alfonso, la vocalista Cristina Lliso y el músico productor Suso Saiz.

Era una pandilla de chicos normales, asegura Cristina. Cuando los agrios años setenta se convertían en los coloristas ochenta, ella estudiaba psicología y pedagogía, su novio se lucía en económicas y empresariales y tres de sus amigos estaban a punto de terminar arquitectura. Hasta que descubrieron un local de ensayo que se alquilaba con instrumentos y decidieron que aquello era lo más divertido.No se inscribieron en los clanes de la movida, pero acudían a conciertos y conocieron a Paco Trinidad, entonces ex bajista de Ejecutivos Agresivos, "que dijo que éramos la bomba y nos convenció para que grabáramos. La vía más directa era formar una discográfica, y empezamos a sablear a todos los que conocíamos hasta que logramos las 385.000 pesetas necesarias". Así nació Grabaciones Accidentales, Sociedad Anónima (GASA), que coincidió con otra iniciativa similar, la de Discos Radioactivos Organizados (DRO).

Aquellas compañías independientes artesanales fueron el trampolín para el prodigioso boom del pop español de los ochenta. Alfonso Pérez, que dejó la batería en 1986 ("nunca fui más que un golpeador"), ha seguido como directivo de la compañía, a la vez que proporcionaba espléndidos textos para Esclarecidos. Un grupo ciertamente inusual en el panorama hispano: de ritmo perezoso -un disco cada dos años- e incierto profesionalismo. "Se sabía que era una aventura de escaso rendimiento económico", explica Cristina, "en la que aceptábamos todo tipo de colaboraciones; si alguien se emocionaba con el proyecto, se convertía en esclarecido".La riqueza de contenidos no se correspondió con ventas masivas, "lo más que hemos llegado es a los 25.000 compactos de Dragón negro. Pero tampoco nos obsesionaba. Sí, terminábamos un disco y nos quedábamos tan satisfechos que estábamos seguros de que se iba a reconocer. Y se reconocía, en respeto y en críticas positivas".Este tren de largo recorrido se empezó a parar a finales del pasado año. "Cuando entramos a grabar La fuerza de los débiles , recuerda Alfonso, "se vio que había divergencias".

En medio de las dos facciones, está Nacho Lliso, saxofonista, que tenía motivos personales para no querer continuar como esclarecido, pero que apoya la decisión de quemar las naves tomada por su hermana. Diferente actitud es la del guitarrista Miguel Herrero y el bajista Coyán Manzano. Ambos manifiestan su respeto por "la militancia de Cristina en las nuevas estéticas", pero no comparten lo que ven como rechazo de la historia de Esclarecidos: "Ella podía haber desarrollado sus ideas en paralelo al grupo, que se hubiera beneficiado de esa experiencia".

. Mientras los disidentes lamentan que Esclarecidos haya acabado sin agotar su potencial, Cristina Lliso sólo piensa en el siguiente capítulo: se llama Lliso. Para Suso Saiz, "Lliso son tres personas que tienen más de 40 años, pero que están comprometidas con el lenguaje contemporáneo. Un grupo de aquí y de ahora: en España, el arte prefiere hablar románticamente del pasado o del futuro de forma banal".

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